Hay muchas preguntas al día siguiente del incendio que se produjo en un edificio de HLM en Douarnenez, tras el cual dos personas murieron y otras cinco resultaron heridas. ¿Tarde que se salió de control? ¿Ajustar cuentas? Los hechos, en primer lugar. Una de las víctimas fallecidas, encontrada en el apartamento del primer nivel devastado por el incendio, sería el inquilino del alojamiento: Éric Hobe, de 61 años, condenado en 2007 a tres años de prisión, dos de ellos por tráfico de heroína. Había estado discapacitado durante varios años, la mayor parte del tiempo postrado en cama y tenía dificultades para moverse.
Tardes que “degeneraron”
Los vecinos del edificio escribieron el año pasado una petición dirigida a Douarnenez Habitat para pedir que se interviniera con este residente, que “trastornaba la vida del barrio con demasiada frecuencia y desde hacía mucho tiempo”. Mireille, la vecina de al lado, estaba en primera fila: “En su casa había constantes idas y venidas, su puerta siempre estaba abierta, venía gente de fuera del barrio. A menudo se encontraban latas en las escaleras. Regularmente se desarrollaban allí veladas que degeneraban, con violencia. Sabíamos que algún día esto podría terminar en tragedia”.
“Había peleas, era el Salvaje Oeste”
El viernes por la tarde tuvo lugar una fiesta en el apartamento de Eric Hobe. Unas horas antes del incendio, varios vecinos denunciaron haber vuelto a escuchar un ambiente tormentoso en el alojamiento en cuestión. Laurence ocupa el apartamento en las inmediaciones. “A eso de las 3 de la madrugada salté a la cama y me despertó el ruido detrás de la pared”, recuerda. Estaba gritando, se estaba rompiendo, hubo una pelea, estoy al lado, escuché todo. Era más violento de lo habitual, era el Salvaje Oeste”. Finalmente volvió a dormirse. Alrededor de las 6 de la mañana, la policía llamó a su puerta para evacuarlo, como a todos los demás residentes del edificio: “El incendio ya estaba en marcha, las paredes de mi sala de estar ardían”.
“Naturaleza del delito: homicidio doloso”
Jean-Claude fue el primer residente en abandonar el edificio alrededor de las 6 de la mañana, después de descubrir el incendio desde su ventana. Vive en el callejón al lado del quemado: “Cuando salí quedé impactado por las llamas, y afuera había un hombre tirado retorciéndose en el césped, tenía una herida en el pecho, con sangre. Llegaron los gendarmes, se hicieron cargo de él e intentaron reanimarlo, pero no fue suficiente”. El hombre de 44 años falleció. Su identidad no ha sido revelada.
En la puerta del alojamiento incendiado, el sello colocado por la gendarmería indica esta nota: “Naturaleza del delito: homicidio doloso”. La fiscalía de Quimper, que abrió una investigación, fue contactada y no quiso responder a nuestras preguntas. Sin embargo, deberá comunicarlo este martes 12 de noviembre, luego de obtener los resultados de las autopsias de las víctimas. Este último podría aportar nuevos elementos.
Belgium