Muerte por pieza mal atornillada: sabemos más sobre las circunstancias del accidente de Montans

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En mayo de 2023, un piloto murió en Montans durante un vuelo de placer sobre el Tarn. Un año y medio después, los motivos de este accidente son cada vez más claros.

Era un piloto experimentado. Incluso apasionado. Murió esta mañana del 27 de mayo de 2023, mientras intentaba aterrizar en el aeródromo de Gaillac. Su avión, un Europa biplaza, se estrelló en un campo de Montans, a unos cientos de metros de distancia. El piloto, de 90 años, murió instantáneamente. Su esposa, de 76 años, que lo acompañaba, pudo sobrevivir después de ser trasladada en avión al hospital de Purpan, sufriendo múltiples traumatismos.

El piloto perdió el control al intentar una serie de maniobras a baja velocidad.
Fuente BEA

Un año y medio después, la investigación confiada a la Oficina de Investigación y Análisis permite comprender mejor cómo este experimentado piloto, con 1.800 horas de vuelo y 30 años de experiencia, pudo haber muerto en este trágico accidente. Su informe de investigación, hecho público recientemente, revela un defecto mecánico que está en el origen de esta trágica cadena de circunstancias.

Los investigadores identificaron una pieza flojamente apretada en su soporte metálico.
Fuente BEA

¿En cuestión? Una pieza mal atornillada. En concreto, el “terminal del conductor de tierra” que no estaba apretado a su soporte metálico. Este defecto impedía la correcta regulación del paso de la hélice, que en este tipo de aeronaves está automatizada. El piloto, propietario del biplaza y encargado él mismo de su mantenimiento, había observado averías puntuales, sin poder determinar su origen. Había hablado de ello con su hijo poco antes de la tragedia.

“No entiendo por qué el avión no despega”.

El sábado 27 de mayo de 2023, el piloto y su esposa despegaron del aeródromo de Toulouse-Lasbordes hacia las 11 horas para realizar un vuelo local de placer. Las condiciones climáticas son ideales. El piloto sigue el Tarn hasta el aeródromo de Gaillac, donde comienza a aterrizar. Su trayectoria es demasiado larga. El piloto aborta su aproximación y vuelve a dar la vuelta. Una maniobra muy clásica en la que los pilotos tienen experiencia.

Excepto que el regulador automático no hizo su trabajo. La hélice no gira con el paso correcto y el avión pierde potencia. “No entiendo por qué el avión no sube”, se pregunta el piloto en voz alta. Por reflejo, tira un poco más del manillar… lo que penaliza aún más su aceleración.

Luego, el piloto da una vuelta por la pista para probar un nuevo enfoque. Inicia un giro a la izquierda, lo que le frena aún más. “Al notar que el desempeño en ascenso no era el esperado, el piloto no cambió su estrategia y maniobró el avión a baja velocidad, hasta perder el control”, indican los investigadores. A las 11:22 el avión se estrelló en un campo, no lejos de Montans.

En su informe de investigación, la BEA señala que “el mal funcionamiento del regulador fue difícil de detectar por el piloto antes de abortar la aproximación” y que “ningún procedimiento operativo le animó a comprobar su estado de funcionamiento”. Por lo tanto, no pudo tomar decisiones correctas en su estrategia de aterrizaje, “seleccionando, por ejemplo, un aeródromo con una pista de mayor longitud”, subrayan los investigadores, que sugieren revisar los procedimientos en consecuencia.

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