¿Siguen pareciendo estas elecciones una carrera política? ¿O una telenovela cautivadora donde los votantes oscilan entre promesas y revelaciones jugosas? Cada día surge una nueva intriga, una nueva promesa, un nuevo giro: promesas de aumento salarial, aumento de las asignaciones, decimocuarto mes, bonificaciones excepcionales… La oleada de generosidad haría palidecer incluso a Papá Noel en plena temporada navideña. . Todo ello, por supuesto, envuelto en una sinceridad desarmante que derretiría los corazones más endurecidos.
En esta sinfonía de promesas, uno casi creería que los políticos han desenterrado una especie de cornucopia mágica. Y, por supuesto, no hay necesidad de preguntarse cómo se financiará todo. ¡Detalles, detalles! Después de todo, no es que la realidad vaya a llegar después de las elecciones, ¿verdad?
Pero eso no es todo. Mientras algunos intentan cortejar a los votantes con sus generosas promesas, otros los distraen con una andanada de escándalos. Ingresa Missier Moustass, el superhéroe del espionaje político, con su arsenal de registros telefónicos robados.
Cada día, desvela pequeñas bombas sonoras que revelan los comentarios comprometedores de políticos y personas en el poder bien situadas. ¡Y queremos más! Con cada nueva cinta es como esperar la próxima temporada de nuestra serie favorita: el suspense es insoportable y el público está encantado.
Por su parte, Anonymous, el vigilante digital progubernamental, contraataca publicando grabaciones para avergonzar a la otra parte. Esto ayuda a mantener el equilibrio de los chismes. Es como si estuviéramos viendo una competición olímpica de revelaciones embarazosas.
Los votantes se sacian de él, servido dos veces al día como si fuera un medicamento recetado para el aburrimiento de la vida política. A este paso ¿quién tiene tiempo todavía para leer los programas? ¡Solo escuche los últimos rumores!
¿Y en esta sinfonía de promesas y escándalos, el elector? Esta pobre criatura, que se debate entre promesas tentadoras y secretos expuestos, lucha por mantener la cabeza fría. Los indecisos cambian de opinión con cada nueva revelación. Las convicciones se evaporan y los candidatos son desenmascarados… ¡y todo esto en vivo! Llegados a este punto, votar se convierte casi en una apuesta: ¿elegir al candidato “menos peor” o dejarse guiar por el último rumor?
Pero todo esto no ha desanimado a quienes prefieren las campañas de la “vieja escuela”. Así, susurramos en los rincones, apelamos a los viejos reflejos de la lealtad comunitaria, esperando secretamente que esto influya en “la masa silenciosa” que aún permanece fuera de este espectáculo permanente. ¡Ah, aquellos buenos tiempos en los que una campaña electoral se hacía discretamente, sin pasar por la caja de la radionovela!
Los votantes, perdidos en este teatro de sombras y luces, ya no saben a dónde acudir. ¿Votamos por promesas tan espectaculares como el pago de un mes 14? ¿O para aquellos que parecen haber escapado de los escándalos, al menos hasta ahora? A este ritmo, votar se convierte en una difícil elección entre comedia y drama.
No es necesario encender la televisión, porque esta campaña, con sus revelaciones diarias y sus exuberantes promesas, ya proporciona todo el entretenimiento necesario. La política nunca había cautivado tanto la atención de la isla. Las increíbles promesas y revelaciones diarias contenidas en las bandas sonoras secretas transforman a cada ciudadano en el espectador de una telenovela con giros y vueltas, digna de las mejores telenovelas.
Los niños descubren que el “mes 14” no es un mes mágico del año, sino una promesa electoral. Los adultos debaten sobre el “bajo combustible” con una mezcla de escepticismo y esperanza. Los mayores sacuden la cabeza, divertidos con cada nueva revelación. Incluso los más hastiados, generalmente inmunes a las campañas, ahora están atentos a cada anuncio y escándalo, mientras seguimos los giros y vueltas de una saga que casi nos hace olvidar la realidad.
¡Vamos, ánimo, querido elector! En dos días todo esto terminará o empezará de nuevo de una forma nueva. En cuanto a si será para bien o para mal… ese sin duda seguirá siendo el misterio del próximo episodio.
Eshan Dinally