Rusia convocó a un diplomático canadiense tras acusaciones de sabotaje postal en Occidente. Esta nueva crisis diplomática está aumentando la tensión entre ambos países. ¿Cuáles serán las consecuencias de este incidente en sus ya tensas relaciones?
Las relaciones diplomáticas entre Rusia y Canadá atraviesan una nueva zona de turbulencias. Moscú convocó el viernes a un alto funcionario de la embajada de Canadá para protestar enérgicamente contra lo que describe como “acusaciones falsas” que vinculan a Rusia con proyectos de sabotaje dirigidos a países occidentales.
Una nota de protesta entregada al diplomático canadiense
Durante esta citación, el número dos de la representación diplomática de Canadá en Moscú fue informado de que estas acusaciones “atestiguan la probable preparación de una grave provocación antirrusa”, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado de prensa. Se le entregó una nota de protesta denunciando “falsas acusaciones de supuesto “sabotaje ruso” planeado contra países de la OTAN, que implican el envío, incluso a destinatarios en Canadá, de explosivos por correo postal”.
Detenciones en Europa este verano
Esta tensión se produce tras el anuncio por parte de Polonia y Lituania, a principios de noviembre, de la detención de varias personas sospechosas de haber participado en el envío de paquetes incendiarios a diferentes países europeos. Durante el verano se produjeron incendios en los almacenes del grupo logístico DHL en Alemania y Reino Unido, tras la recepción de estos misteriosos paquetes. Luego, algunos funcionarios en Europa acusaron a Rusia de estar detrás de esta operación de sabotaje.
Canadá “profundamente preocupada”
Tras estos hechos, Canadá expresó su “profunda preocupación” por la aparente intensificación de las “actividades de sabotaje” llevadas a cabo por Rusia, según confirmó el Ministerio de Seguridad Pública canadiense. Aseguró que había “expresado esta preocupación directamente a los funcionarios rusos y declarado inequívocamente que cualquier amenaza a la seguridad de los canadienses era inaceptable”. Sin embargo, aclaró que no existe “ninguna amenaza inminente” para la población, al tiempo que indicó que Canadá seguirá “vigilando muy de cerca la situación”.
Ottawa dispuesta a tomar “medidas adicionales”
Por su parte, la ministra canadiense de Transportes, Anita Anand, declaró el miércoles a la prensa que necesitaba reunir “más información”, pero se declaró dispuesta a aplicar “medidas adicionales” destinadas a reforzar la seguridad de los pasajeros y de los paquetes postales, sin especificar nada. su naturaleza en esta etapa.
Moscú denuncia “guerra híbrida” liderada por Canadá
La reacción de Rusia no se hizo esperar. Moscú denunció enérgicamente el viernes la participación de Canadá en una “guerra híbrida” contra ella, acusándola de suministrar armas a Ucrania y señalando con el dedo “la participación de mercenarios canadienses en las hostilidades junto al régimen de Kiev con la bendición del gobierno de Trudeau”. “Cualquier acción hostil no quedará sin respuesta”, advirtió la diplomacia rusa, pidiendo a las “autoridades canadienses que actúen con cautela y se abstengan de tomar medidas perjudiciales que agravarían la confrontación con Rusia”.
Un nuevo frente en las tensiones ruso-occidentales
Este incidente diplomático revela el clima de desconfianza que reina actualmente entre Rusia y los países occidentales. Si bien el conflicto en Ucrania ya ha deteriorado considerablemente sus relaciones, estas nuevas acusaciones mutuas de sabotaje e injerencia corren el riesgo de abrir un nuevo frente en las tensiones entre ellos.
Estos fuertes intercambios muestran que la crisis diplomática entre Moscú y las capitales occidentales está lejos de terminar e incluso podría experimentar una nueva escalada en las próximas semanas.
Una fuente cercana a los círculos diplomáticos
Queda por ver cuáles serán los próximos pasos en este enfrentamiento diplomático y si todavía es posible reducir la tensión en esta etapa. Una cosa es segura: la desconfianza y los agravios parecen acumularse en ambas partes, lo que hace que cualquier normalización de las relaciones ruso-occidentales sea cada vez más hipotética en el corto plazo. En este contexto explosivo, el más mínimo incidente o malentendido podría inclinar la situación hacia un enfrentamiento aún más grave.
Por lo tanto, los observadores seguirán con la mayor atención los próximos acontecimientos en esta crisis diplomática ruso-canadiense. Porque más allá de su impacto bilateral, es sintomático de las profundas fallas que dividen a Rusia y Occidente y de las cuales Ucrania constituye hoy el epicentro. Un frágil equilibrio geopolítico que el más mínimo paso en falso podría alterar repentinamente.