Drones rusos aislados y enjambres de drones ingresaron al espacio aéreo ucraniano desde diferentes direcciones y a diferentes altitudes, dijeron las autoridades, en un aparente intento de desafiar los sistemas de vigilancia y defensa aérea de Ucrania que preocupan a los residentes de la ciudad.
Las defensas aéreas ucranianas “neutralizaron” tres docenas de drones, pero la caída de escombros dañó un hospital y edificios residenciales y de oficinas en Kiev, según las autoridades locales. Se produjo un incendio en el piso 33 de un edificio de apartamentos.
Al menos dos personas resultaron heridas.
Últimamente se han producido ataques con drones contra la capital casi todos los días, con explosiones nocturnas y el zumbido continuo de los drones que mantienen a la ciudad en alerta.
Rusia está desplegando alrededor de diez veces más drones Shahed de fabricación iraní que en la misma época del año pasado, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a principios de esta semana.
Las fuerzas ucranianas luchan por competir con el poder del ejército ruso, que es mucho más grande y está mejor equipado. El apoyo occidental es esencial para permitir que Ucrania continúe con esta costosa guerra de desgaste.
La incertidumbre sobre la duración de esta ayuda se agravó esta semana con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. El multimillonario se ha opuesto repetidamente a la ayuda estadounidense a Ucrania.
Por su parte, Rusia está tratando de reducir el apetito de Ucrania por continuar los combates y socavar el apoyo occidental a Kiev prolongando el conflicto.
Según Andrii Kovalenko, director del Centro Nacional para la Lucha contra la Desinformación, el bombardeo ruso involucra principalmente drones iraníes Shahed, que aterrorizan a los civiles.
Rusia está tratando de guardar y almacenar sus misiles, que son mucho más poderosos que los drones, dijo Kovalenko el jueves, aunque Rusia ha utilizado misiles de manera efectiva en su campaña para destruir la red eléctrica de Ucrania.
Los ataques con drones están debilitando gradualmente las defensas aéreas de Ucrania, haciéndola más vulnerable a futuros ataques con misiles.
Durante la jornada del jueves, Rusia lanzó cinco ataques con misiles y bombas deslizantes contra la ciudad sureña de Zaporizhzhia, dejando al menos un muerto y diez heridos, entre ellos un niño de un año, según el servicio de prensa de la administración militar regional. Los ataques dañaron edificios residenciales y un hospital.
Se informaron cortes de energía en la región de Zhytomyr, que limita con Kiev al oeste, luego de un ataque ruso, según la compañía energética Zhytomyroblenergo.
Otro ataque hirió a una persona en la ciudad sureña de Odessa, dijo el gobernador de la región, Oleh Kiper, y los escombros de los drones dañaron un edificio residencial de 11 pisos.
