Preguntados sobre los “tres temas que más les preocupan”, el 40% de los franceses seleccionan “su salud y la de sus seres queridos” (+ 3 puntos respecto a 2023), e incluso el 42% dentro de categorías socioprofesionales desfavorecidas, según al estudio Ipsos y al informe anual sobre el estado de Francia del Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).
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Le siguen el poder adquisitivo (34%, -6 puntos), la situación económica y financiera del país (28%, +5 puntos) y la situación política (24%, no medido el año pasado).
La inmigración ocupa el sexto lugar (18%, constante), empatada con la inestabilidad geopolítica o el futuro del sistema de pensiones.
Después de dos años de inflación récord, la subida de los precios vuelve a ser más contenida (2%), pero los franceses luchan por llegar a fin de mes: el 13% declara no poder cubrir sus necesidades esenciales, y el 32% es “apenas”.
En términos de accesibilidad a los servicios públicos, uno de cada dos franceses denuncia un difícil acceso a la asistencia sanitaria, e incluso el 59% entre los residentes de zonas urbanas de menos de 20.000 habitantes.
El CESE destaca importantes “desigualdades”, particularmente en salud. Varios departamentos de las regiones de Ultramar, Alta Francia, Gran Este y Centro tienen “una esperanza de vida más baja a los 60 años y un mayor número de años vividos con mala salud”.
Los hombres del 5% más rico viven 13 años más que el 5% más pobre, una brecha que se reduce a 8 años entre las mujeres.
Políticas “desconectadas”, democracia no amada
El CESE señala que un menor acceso a los servicios “tiene un impacto negativo en el apego a la democracia”.
Así, “el 15% de los franceses declara que no estarían dispuestos a defender la democracia si estuviera en peligro”, señala el estudio, y “lo que es más preocupante, el 23% no está convencido de que sea el mejor sistema político existente”.
Entre los menos apegados a la democracia, “los jóvenes y los desfavorecidos están sobrerrepresentados”, señala el estudio. “Uno de cada dos franceses cree que sólo un poder fuerte y centralizado puede garantizar el orden y la seguridad (51%)”.
El desafío es frenar la tentación de los regímenes autoritarios
estima el presidente del CESE, Thierry Beaudet, en una entrevista concedida a Le Parisien.
En cuanto a la clase política, según la encuesta de Ipsos, está “desconectada de las realidades de los ciudadanos” para casi 8 de cada 10 encuestados.
Una desconfianza que se manifiesta incluso en su participación en la vida de la sociedad: el 35% de los encuestados son voluntarios de una asociación, más que de un sindicato o de una organización profesional (12%) o de un partido político (7%).
El CESE adoptó su informe anual en el Pleno del miércoles. Antes de lanzar en un comunicado de prensa un llamamiento a “acercarse a los territorios” para “co-construir respuestas a los problemas cotidianos”. Considera urgente, en particular, profundizar “la asociación de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones”.