Las relaciones comerciales petroleras entre Estados Unidos y Asia enfrentan un gran desafío a medida que se acercan las elecciones estadounidenses. Los expertos creen que, a pesar de la actual estabilidad de los flujos de petróleo hacia los países asiáticos, la próxima administración en la Casa Blanca podría cambiar la dinámica de esta exportación en función de sus políticas. De hecho, según los analistas de S&P Global Commodity Insights, sólo se espera que los flujos de petróleo hacia Asia experimenten cambios significativos si se implementan cambios de política.
Una de las cuestiones centrales reside en la posición de Estados Unidos hacia países como China, Irán, Rusia y Venezuela. Benjamin Tang, jefe de materias primas líquidas de S&P Global Commodities at Sea, dice que la creciente producción de petróleo de Estados Unidos y las exportaciones actuales, combinadas con las estrategias competitivas de la OPEP, permiten a Estados Unidos mantener una fuerte presencia en Asia, a pesar de la disminución de las exportaciones chinas.
Disminución de las importaciones chinas y diversificación asiática
En 2024, las exportaciones estadounidenses a China cayeron 155.000 barriles por día (bpd), en comparación con los 305.000 bpd del año anterior. Esta disminución se atribuye a la reducción de las importaciones de crudo en China y al aumento de la producción interna china. Por el contrario, otros países asiáticos, como Corea del Sur, han aumentado sus compras de petróleo estadounidense. De hecho, Corea registró un aumento de 62.000 b/d en promedio hasta alcanzar 474.000 b/d durante los primeros diez meses del año, lo que confirma una política de diversificación de sus fuentes de suministro de crudo.
Impacto de una posible victoria de Donald Trump en el comercio energético
La posible victoria de Donald Trump también podría tener implicaciones significativas para las relaciones energéticas entre China y Estados Unidos. En caso de nuevas tensiones comerciales, países asiáticos como Corea del Sur o Japón podrían beneficiarse, aprovechando una reducción arancelaria para aumentar sus compras de crudo estadounidense. Un posible aumento de los aranceles petroleros podría redirigir los flujos de petróleo a otros mercados, dependiendo de la competitividad de los precios.
Corea del Sur, que actualmente es el mayor importador asiático de petróleo estadounidense, podría seguir aumentando su dependencia de Estados Unidos a través de un beneficioso acuerdo de libre comercio, mientras que Japón también podría aumentar sus importaciones para reducir su dependencia de Medio Oriente.
Posibilidad de una política de Kamala Harris: una esperanza para el acuerdo nuclear iraní
Si gana Kamala Harris, los expertos predicen una posible reanudación de las negociaciones nucleares iraníes, lo que podría conducir a un levantamiento de las sanciones y a la reanudación de las importaciones de petróleo iraní a Asia. Las refinerías surcoreanas, como las de Hanwha TotalEnergies, esperan reanudar las compras de condensado ultraligero iraní, una materia prima crucial para sus instalaciones antes de que se impusieran las sanciones.
Los productores estadounidenses podrían verse en dificultades si el mercado se reorienta hacia el petróleo iraní o venezolano, que es menos costoso. Sin embargo, las sanciones actuales impuestas a estos países por Washington continúan limitando la exportación de su petróleo crudo, dejando a los productores estadounidenses en una posición competitiva ventajosa.
Hacia un reajuste geopolítico de los flujos energéticos asiáticos
Los flujos de energía en Asia podrían verse afectados por otras políticas estadounidenses, incluidas las relaciones con Rusia, que recientemente ha aumentado su presencia en los mercados chino e indio. Estados Unidos podría potencialmente limitar el acceso al petróleo ruso, obligando a algunos países asiáticos a buscar alternativas para sus importaciones.
Los expertos dicen que la estabilidad de las exportaciones estadounidenses también podría verse amenazada si la nueva administración impone aranceles adicionales a los productos energéticos, un escenario que preocupa a las refinerías y comerciantes asiáticos. Además, la disponibilidad limitada de mercados alternativos para el gas natural licuado (GNL) estadounidense podría exacerbar las tensiones.
En resumen, aunque las exportaciones estadounidenses a Asia parecen estables, las futuras decisiones políticas de Estados Unidos, particularmente en lo que respecta a sanciones y aranceles, podrían redefinir el panorama energético asiático.