“Putin necesita desesperadamente una victoria”, analiza Abbas Gallyamov, ex escritor del Kremlin. “Un conflicto prolongado que no puede ganar no contribuye a su legitimidad”.
Trump “no puede detener la guerra”
Sin embargo, Trump tiene una desventaja. Como Moscú aprendió por las malas durante su primer mandato, Trump no siempre cumple sus promesas. En particular, no logró restablecer las relaciones con Rusia ni levantar las sanciones occidentales vinculadas a la toma de Crimea y el este de Ucrania.
Ocho años después, cuando el plan de invasión de Putin, originalmente planeado para durar tres días, se acerca al final de su tercer año, Moscú duda que la hostilidad de Washington sea disipada incluso por el presidente más progubernamental del Kremlin.
“Las elecciones no cambiarán nada para Rusia, porque los candidatos reflejan perfectamente el consenso bipartidista de que nuestro país debe ser derrotado”, escribió Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, en un mensaje en Telegram.
Calificó de “banalidades” los comentarios de Trump sobre el fin de la guerra y sus buenas relaciones con Rusia.
“Él no puede detener la guerra. Ni en un día, ni en tres días, ni en tres meses. Y si realmente lo intenta, podría ser el nuevo JFK”, añadió Medvedev.
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