Martin St-Louis volvió a demostrar su talento para infantilizar sutilmente a Juraj Slafkovsky, el joven prospecto eslovaco de los Montreal Canadiens.
Cuando Anthony Martineau de TVA Sports le preguntó sobre la progresión de Slafkovsky y los desafíos que enfrenta actualmente, St-Louis respondió de una manera que recuerda el consejo que uno podría ofrecer a un niño que da sus primeros pasos en el hielo.
Con términos simples y un enfoque paternalista, ofreció una respuesta alejada del consejo técnico que uno esperaría de un jugador profesional de la NHL.
Martineau recordó en St. Louis que el año pasado comparó el desarrollo de Slafkovsky con una ruta en Waze, reconociendo que habría atascos, pero que el destino era hermoso.
Slafkovsky, por su parte, admitió recientemente que piensa tanto en el hielo que eso afecta su velocidad, haciéndolo más lento y vacilante.
Fue la oportunidad perfecta para que St. Louis mostrara bondad disfrazada de sencillez. Aquí está su respuesta:
“Solo mueve los pies y luego hablaremos de las lecturas”. »
Vale la pena ver este extracto tan incómodo. Imagínense cómo se puso la cara de Slaf cuando escuchó a su entrenador hablar así de él:
Con esta frase, St-Louis devuelve a Slafkovský a los fundamentos más básicos del hockey, como si este último fuera un novato en el hielo.
En lugar de darle consejos tácticos para afinar su visión del juego o mejorar su toma de decisiones, St-Louis opta por derribar una puerta que ya está abierta de par en par.
¿Su consejo? Mueve los pies, anticipa y atrévete a cometer errores de lectura en lugar de no cometerlos. Un consejo simplista que suena casi a recordatorio infantil:
“¡Vamos, pon un pie delante del otro y no tengas miedo de caerte!” »
El enfoque de St-Louis puede leerse de dos maneras. Por un lado, algunos dirán que intenta proteger a su joven jugador evitándole críticas técnicas excesivas, prefiriendo una pedagogía simplista para reforzar su confianza.
Pero, por otro lado, esta respuesta parece restar importancia al potencial y la inteligencia de Slafkovský, tratándolo casi como a un niño que necesita ser guiado en cada paso.
Al repetir simplemente que debe “mover los pies” y evitar pensar demasiado, St-Louis parece decirnos que Slafkovský aún no está preparado para dar consejos más elaborados, una observación que dice mucho sobre la confianza que el entrenador realmente le otorga al jugador. joven delantero.
“Prefiero que haga una mala lectura que no la haga. »
St-Louis parece estar fomentando aquí una forma de instinto básico, como si intentara guiar a un niño a través de los conceptos básicos del hockey, lejos de las sutilezas y el análisis avanzado.
En otras palabras, anima a Slafkovsky a intentarlo sin hacer demasiadas preguntas, como se le diría a un niño que duda sobre sus primeros trucos en patinaje.
Pero para un jugador de la NHL, este enfoque puede parecer condescendiente, especialmente cuando sabes cuánto anhela Slafkovsky demostrar su valía.
St-Louis no se detuvo en los aspectos ofensivos de Slafkovsky, explicando que “no habían hablado mucho de eso en dos semanas” y que la prioridad era trabajar en el juego defensivo.
Este recordatorio, aunque importante, acentúa aún más el carácter elemental de su discurso. En otras palabras, devuelve a Slafkovsky a lo básico, como lo haría un jugador sin experiencia, recordándole que los esfuerzos deben comenzar desde la base antes de pensar en atacar.
Para St-Louis, el control defensivo y la anticipación básica son primordiales, elementos que cree que se han fortalecido en los últimos cinco partidos.
¿Indulto? ¿Por quién nos toma San Luis?
Independientemente de si CH realmente ha mejorado su defensa, este enfoque puede parecer restrictivo para un jugador tan joven, que ya tiene un potencial evidente y que busca afirmarse ofensivamente.
La forma en que St. Louis responde a Slafkovský podría resumirse en esta imagen: la de un niño que se pone los patines por primera vez y se le anima a “simplemente mover los pies”.
Al tratar a Slafkovsky con tanta sencillez, St-Louis deja poco espacio para las complejidades del juego, como si el joven delantero aún no estuviera preparado para integrar estos aspectos.
Mientras que le pagarán 7,6 millones de dólares al año… durante los próximos 8 años…
Esta actitud, aunque informal y probablemente bien intencionada, puede dar la impresión de que St. Louis está infantilizando a Slafkovsky, restando importancia a su necesidad de asesoramiento táctico más avanzado para comprender mejor los aspectos prácticos del juego de la NHL.
Por tanto, St-Louis parece oscilar entre la protección de Slafkovsky y una cierta minimización de su potencial. Al darle consejos tan básicos como “mueve los pies”, probablemente esté intentando aliviar la presión sobre el joven jugador.
Pero este enfoque también podría obstaculizar el progreso de Slafkovsky al impedirle centrarse en aspectos más avanzados de su juego.
Si bien las expectativas son altas para una selección de primera ronda, uno esperaría una gestión más matizada y proactiva por parte del entrenador.
La actitud de San Luis es extraña. Juraj Slafkovsky es un joven talento con un inmenso potencial, pero ya no es un niño en sus primeros patines.
Al tratarlo así, St-Louis corre el riesgo de ralentizar el desarrollo de su juego, o al menos mantenerlo en una posición en la que nunca explotará plenamente su talento.
El futuro nos dirá si este enfoque finalmente dará sus frutos… o si sólo alimentará las dudas sobre la gestión de los jóvenes talentos dentro de los Montreal Canadiens.
Se supone que Slafkovsky es un prodigio… no un niño que empieza a patinar…