¿Qué es el estrés?
“Estrésdesde un punto de vista biológico, es la respuesta del cuerpo a cualquier solicitud externa que se sienta amenazadora, es una reacción de adaptación del cuerpo para mantener el equilibrio del estado interno. Ante la presencia de un estresor agudo, los procesos fisiológicos responden a una emergencia para la supervivencia del individuo, favoreciendo que el cerebro, el corazón, los músculos y, de hecho, funciones menos vitales como la de la reproducción se vean afectadas en reposo. En casos de estrés crónico, las capacidades del organismo pueden verse desbordadas y el sistema regulador se vuelve ineficaz. El cuerpo se activa constantemente y luego entra en una fase de agotamiento. explica la doctora Véronique Bellec.
“Las fuentes de estrés pueden estar relacionadas con acontecimientos y, por lo tanto, son identificables: una mudanza, un gran viaje, pero sobre todo los períodos difíciles de vivir a nivel emocional: duelos, preocupaciones por la salud de un ser querido, presiones en trabajar, cambiar de profesional”, ella continúa.
También puede ser crónico y estar vinculado a miedos conscientes o inconscientes. “Sus orígenes pueden estar vinculados a un evento emocionalmente fuerte vivido en la infancia, la adolescencia o la vida adulta joven, o transmitirse a nivel transgeneracional”subraya el médico. “Por tanto, cualquier forma de abandono, violencia o agresión sexual experimentada puede ser el origen de un miedo inconsciente a dar a luz”.
En cualquier caso, todas estas fuentes de estrés, ya sean ocasionales o crónicas, pueden repercutir en la fertilidad de mujeres y hombres. Y, como ya sabemos, esto ya influye en nuestra salud física y mental en general.
Estrés e infertilidad: ¿cuál es el vínculo entre ambos?
Nuestras vidas ocupadas, carga mental, trabajo, vida social… a veces pueden hacernos menos disponibles emocionalmente… y físicamente. “Cada uno de nosotros, hombre o mujer, hemos podido experimentar hasta qué punto el cansancio y el estrés alteran nuestra libido y nuestra actividad sexual, hasta el punto de crear “colapsos” en los hombres”explica Véronique Bellec.
Como parte de un estudio publicado en 2016 en la revista científica Annals of Epidemiology, los investigadores demostraron que el estrés durante el período de ovulación reduce las posibilidades de concebir un hijo entre un 40 y un 45%.
1 – Estrés: ¿qué impacto tiene en la fertilidad femenina?
Por el lado de las mujeres podemos observar “del cambios en sus ciclos durante un gran cambio o cuando experimentan emociones intensas”, describe el especialista. En efecto, “cuando una mujer está sometida a un estrés ocasional o a un período prolongado de estrés, su sistema hormonal puede salir mal hasta el punto de que la ovulación no se produce, o se produce de forma aleatoria”, ella continúa.
La ovulación misma se ve alterada: puede haber una disminución de la hormona luteinizante (LH), que desencadena la ovulación, y de la hormona folículo estimulante (FSH), que es necesaria para la maduración de los folículos ováricos. Es probable que estos elementos reduzcan la calidad de los ovocitos y, por tanto, afecten la fertilidad de la mujer.
“A nivel fisiológico, una de las respuestas del organismo al estrés es un espasmo de la pared de los vasos capilares que irrigan los ovarios y la pared del útero. Así, el suministro de hormonas transportadas por la sangre se reduce y altera las funciones del cuerpo. Maduración de ovocitos, ovulación, implantación en la mujer”, subraya el especialista.
“El estrés reduce la movilidad de las trompas, lo que perturba el transporte del óvulo y del espermatozoide. Además, el estrés modifica las respuestas inmunitarias particularmente implicadas durante la implantación del embrión en el útero materno. “, señala Véronique Bellec.
2 – Estrés y fertilidad masculina: ¡no te olvides de los hombres!
¡Los hombres también se ven afectados! En efecto“el estrés violento puede provocar que se detenga la producción de esperma. Esta función se reanudará cuando se elimine la causa del estrés”, indica el especialista. Y, al igual que en las mujeres, puede impedir la correcta irrigación de los vasos capilares vinculados a los testículos, así como el suministro de hormonas transportadas por la sangre. El flujo de hormonas gonadotropinas, FSH y LH, secretadas por la glándula pituitaria puede desregularse: por lo tanto, la espermatogénesis bajo la acción de la FSH y la producción de testosterona bajo la de la LH pueden verse afectadas.
3 – ¿Qué impacto tiene sobre las vías de procreación médicamente asistida (PAM)?
“Estas respuestas fisiológicas y biológicas al estrés serán las mismas que corren el riesgo de afectar el desempeño de los tratamientos de fertilidad, ya sea inseminación artificial o fertilización in vitro”, señala Véronique Bellec. Y esto, tanto en el lado femenino como en el masculino.
En efecto, “El hombre también se ve afectado: durante el tratamiento con PMA, los biólogos reproductivos observaron una disminución estadística en la calidad del esperma cuando el hombre toma su muestra el día de la extracción de óvulos de su esposa. Esta disminución en la calidad se atribuye directamente al estrés experimentado en esta situación particular. “, ella especifica.
“Los periodos de gran estrés (profesional, familiar, duelo, etc.) no favorecen la llegada de un embarazo. Puede ser necesario date tiempo“En cualquier caso, no hay que preocuparse de que un embarazo tarde mucho en llegar en tales circunstancias”, insiste el doctor Bellec.
“Aprender a escuchar tus necesidades y cuidarte es fundamental. Puede ser necesario apoyo externo”, ella continúa. A veces, posponer la concepción de un bebé durante unos meses, para tener tiempo de volver a centrarse en sí misma (y en su relación si es necesario), puede resultar beneficioso.
Gestionar y reducir el estrés requiere sobre todo un estilo de vida saludable, como una dieta equilibrada y actividad física (suave o más activa, según tus deseos). “Se trata de redescubrir el placer del ocio, de los deportes favoritos; de cuidar el cuerpo, de darse un masaje; de retomar una práctica artística; de iniciarse en la meditación, el yoga, el qi gong; o cualquier otra actividad que nos tiente…”, ella explica.
Eliminar el 100% del estrés es utópico, pero es realista aprender a gestionarlo mejor y reducirlo. Para ello también es posible ir acompañado de un profesional de la salud mental:“Existen numerosos recursos para comprender el origen de nuestros miedos y resolver los posibles obstáculos “psicógenos” a nuestra fertilidad”, explica Véronique Bellec. Y allí, varias opciones están disponibles para las parejas: psicoterapia, somaterapia o incluso EMDR (Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares o, en francés: desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). Las medicinas alternativas, como la hipnosis, la sofrología, la relajación o la coherencia cardíaca también han dado sus frutos.
Evidentemente, siempre habrá estrés en nuestras vidas. Es inevitable. Lo mejor es aprender a gestionarlo. Si bien el estrés puede provocar un retraso en la llegada de un hijo, no es sinónimo de infertilidad.
El Doctora Véronique Bellec es especialista en fertilidad en Périgny (Charente-Maritime). También es autora de “ Regalando vida, ciencia y magia. “, publicado por Josette Lyon en 2020 (ver más abajo).