Inundaciones en España: el rey y el primer ministro se enfrentan a la ira de la multitud

Inundaciones en España: el rey y el primer ministro se enfrentan a la ira de la multitud
Inundaciones en España: el rey y el primer ministro se enfrentan a la ira de la multitud
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Ante una multitud enojada y amenazadora, los Reyes de España y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se vieron obligados el domingo a interrumpir su visita al sureste del país, devastado por unas inundaciones que causaron al menos 217 muertos.

Al llegar al mediodía a Paiporta, una localidad de 25.000 habitantes entre las más afectadas por la tragedia, el rey Felipe VI y la reina Letizia fueron recibidos por vecinos furiosos, que atacaron a Sánchez y al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.

“¡Asesinos!” ¡Asesinos! », gritaron los vecinos exasperados. Algunas personas arrojaron barro y diversos objetos contra la procesión, mientras se lanzaban insultos contra el presidente del Gobierno y contra Mazón, dirigente del Partido Popular, según periodistas de la AFP presentes en el lugar.

En medio de una tensión extrema, que requirió la intervención de la policía montada para hacer retroceder a los manifestantes más violentos, los soberanos recibieron barro en el rostro y en la ropa, un episodio sin duda sin precedentes en la historia de la monarquía española.

Visiblemente conmovidos, pero impasibles durante esta sorprendente secuencia, se quedaron aproximadamente una hora para hablar con los residentes e intentar calmar su ira antes de irse. Su visita a otro lugar fue cancelada.

Por la noche, el rey afirmó en un vídeo publicado en X que era necesario “comprender la ira y la frustración” de los habitantes “por lo que han sufrido”. Llamó a “darles esperanza y garantizar que el Estado […] está presente” para ayudarlos.

Comprender el “sufrimiento”

Pedro Sánchez y Carlos Mázon, que recibieron los peores insultos, fueron rápidamente exfiltrados por los servicios de seguridad y llevados a un lugar seguro. La televisión pública TVE mostró imágenes de un vehículo manchado de barro, presentado como el coche oficial de Sánchez, cuyo cristal trasero estaba roto.

En una breve declaración unas horas más tarde, Sánchez dijo que entendía la “angustia y el sufrimiento” de las víctimas, pero condenó “cualquier tipo de violencia” y describió estos incidentes como “absolutamente marginales”. Mázon elogió la actitud “ejemplar” del rey.

Mázon está acusado de haber enviado un mensaje de alerta telefónica a los residentes el martes muy tarde, a pesar de que los servicios meteorológicos habían puesto la región en “alerta roja” por la mañana.

A Pedro Sánchez se le critica la lentitud en la entrega de la ayuda por parte de las víctimas, que se sienten abandonadas por el Estado.

El domingo por la tarde, los medios españoles informaron sobre la posible participación de grupos de extrema derecha en el movimiento enojado en Paiporta. “No permitiremos que los grupos radicales se lucren con el dolor de la gente”, reaccionó en X la número dos del Gobierno de Sánchez, María Jesús Montero.

Alerta naranja

Pocas horas después de estas altas tensiones, la Agencia Nacional de Meteorología emitió alerta “roja” (peligro extremo) para la costa sur de Valencia, por riesgo de fuertes precipitaciones (90 litros/m2o 9 cm), lo que hace temer un nuevo escenario de desastre para las localidades afectadas.

En el proceso, los vecinos fueron llamados por megáfono para que regresaran a sus casas, mientras sonaban alertas en los teléfonos móviles.

La alerta finalmente fue rebajada a categoría naranja poco después de las 21.00 horas, pero el Ayuntamiento de Valencia decidió cerrar las clases el lunes para tener en cuenta las restricciones de viaje impuestas por el Gobierno regional.

Según un último informe, al menos 217 personas murieron en estas inundaciones, 213 sólo en la región de Valencia, tres en Castilla-la-Mancha, donde el domingo a las doce por la mañana fue descubierto el cuerpo sin vida de un septuagenario desaparecido el martes. kilómetros del lugar de su desaparición, y uno en Andalucía.

Las autoridades saben que el número de víctimas aumentará. “Aún quedan plantas bajas o garajes, sótanos y aparcamientos inundados por limpiar y es previsible que haya personas fallecidas en estos espacios”, advirtió el ministro español de Transportes, Óscar Puente.

Sobre el terreno, la población sigue afrontando una situación dramática, con infraestructuras destruidas o fuera de servicio y montones de coches y escombros en las carreteras. Según las autoridades, varios miles de hogares siguen sin electricidad.

“Parece el fin del mundo”, dijo a la AFP Helena Danna Daniella, propietaria de un bar restaurante en Chiva, todavía en shock cinco días después del mal tiempo. Las personas atrapadas ‘pedían ayuda y no podíamos hacer nada’ […] Te vuelve loco: buscas respuestas y no las encuentras”.

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