En servicio desde hace poco más de 47 años, la venerable Voyager 1 no está exenta de problemas técnicos. Gracias a una nueva “pirueta”, recientemente se pudo restablecer la comunicación con estos últimos.
Nuevo fallo en la Voyager 1
Comunicarse con viajero 1 y su gemelo, la Voyager 2, no es nada sencillo. La máquina más alejada de nuestro planeta, la primera, se encuentra actualmente a más de 24 mil millones de kilómetros de nosotros. Esto implica que son necesarias 23 horas para que una señal de radio emitida desde la Tierra llegue hasta ella, y la misma cantidad para recibir una respuesta de ella.
Apenas un mes después de la delicada reactivación de uno de sus propulsores, la sonda interestelar fue víctima de un nuevo fallo. El 16 de octubre, los ingenieros de la NASA le ordenaron volver a encender uno de sus radiadores para estabilizar su temperatura.
Dos días después, al no haber recibido aún respuesta de la sonda, la Agencia Espacial Estadounidense recurrió a la Red del Espacio Profundo, una red global de antenas de radio, y finalmente detectó una “señal de vida”. » de la sonda, emitida en una banda de frecuencia alternativa.
Si bien la Voyager 1 normalmente tenía la energía necesaria para llevar a cabo esta operación, resultó que el comando inicial había activado el sistema de protección integrado de la nave, responsable de desactivar sus subsistemas considerados no esenciales cuando su consumo de energía eléctrica supera un umbral crítico.
Un transmisor utilizado por última vez a principios de la década de 1980.
Pensando que todo había vuelto a la normalidad, los ingenieros descubrieron con asombro al día siguiente que las comunicaciones habían vuelto a cesar. Con toda probabilidad, el sistema de protección integrado se habría activado dos veces más, obligando a la Voyager 1 a apagar completamente su transmisor de radio principal para recurrir a un dispositivo de respaldo, que consume menos energía, pero también es menos potente.
Si temían que esta última, utilizada por última vez en 1981, estuviera fuera de servicio o que las débiles señales que emite difícilmente pudieran ser captadas por las instalaciones terrestres, los equipos de la NASA se sintieron aliviados al recibir en octubre una respuesta de la sonda. 24.
Trabajando para identificar con precisión las causas del mal funcionamiento, los ingenieros esperan restablecer el funcionamiento de la sonda en las próximas semanas.