En Tel Aviv, los manifestantes israelíes, exasperados por un conflicto interminable, exigen la devolución de los rehenes y una tregua negociada con Hamás. Incapaz, según ellos, de poner fin al ciclo de violencia, el gobierno sabotea cualquier intento de acuerdo… Una situación insostenible para
Cientos de israelíes, descontentos con un gobierno impotente ante sus ojos ante un conflicto interminable con Hamás, se reunieron el sábado en Tel Aviv. Sus exigencias: un alto el fuego inmediato y el regreso de los 97 rehenes que aún se encuentran retenidos en la Franja de Gaza, más de un año después del inicio de la última guerra.
Un hartazgo generalizado en la “Place des Otages”
Cada sábado desde las primeras hostilidades el 7 de octubre de 2023, este lugar de la capital económica israelí se ha convertido en el punto de reunión de los opositores a la guerra. Carteles de los cautivos en sus manos, cantan “Un trato ahora” o “Detengan la guerra”recalcando eso “No los abandonaremos”.
Zahiro Shahar Mor, un empleado bancario de 52 años que perdió a su tío Avraham Munder en cautiverio, acusa firmemente al ejecutivo:
Ha habido innumerables oportunidades para poner fin a esta crisis y cada una ha sido torpedeada por el gobierno.
Para él, “El ciclo de violencia empeora semana tras semana” sin que veamos el resultado. Los manifestantes abogan por una tregua negociada aun cuando Israel afirma haber logrado sus principales objetivos militares, incluida la eliminación del líder de Hamás, Yahya Sinouar, el mes pasado.
¿Un gobierno que “sabotea” los intentos de paz?
Ifat Kalderon, figura de la oposición y primo del rehén franco-israelí Ofer Kalderon, cree que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu “sabotaje” deliberadamente cualquier avance hacia un acuerdo:
Cada vez que intentamos un acuerdo con rehenes, lo sabotea. Hizo responsable a Sinouar y ahora que ya no está, encuentra cada vez otro motivo.
Para este estilista de 50 años, hay que acabar con “una guerra sangrienta” que causó demasiadas víctimas, militares y civiles, en ambos lados. Una observación compartida por muchos participantes.
Un costo humano muy alto, un desastre en Gaza
El ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 y la ofensiva israelí que le siguió pasaron factura. Según datos recopilados por la AFP:
- 1.206 muertos en el lado israelí, en su mayoría civiles, incluidos rehenes asesinados
- De 251 personas secuestradas, 97 permanecen cautivas, incluidas 34 declaradas muertas
- 43.314 palestinos asesinados en Gaza, principalmente civiles (fuente: Ministerio de Salud de Hamás)
- Destrucción masiva y crisis humanitaria en el enclave palestino
Ante esta situación catastrófica, muchos manifestantes también apoyan la decenas de miles de soldados exhaustos por más de un año de guerra.
¿Una esperanza de participación estadounidense?
Algunos esperan una mediación más fuerte de Estados Unidos, el aliado tradicional de Israel, después de las elecciones presidenciales del martes. Como Zahiro Shahar Mor, a quien le gustaría el ganador. “Tomar a los niños de Medio Oriente por la oreja y llevarlos a la mesa de negociaciones”.
“Decepcionado, frustrado y enojado” ver a los rehenes todavía en manos de Hamás, sigue sin embargo esperanza para los sobrevivientes.
Conversaciones estancadas, exigencias irreconciliables
Egipto, Estados Unidos y Qatar relanzaron la semana pasada negociaciones indirectas entre Israel y los islamistas palestinos, que habían estado estancadas desde el verano. En el menú: una tregua que permita la entrada de ayuda a Gaza y un intercambio limitado de prisioneros por rehenes.
Pero Hamás rechaza cualquier acuerdo que “no incluye un cese permanente de la agresión ni la retirada del ejército israelí de la Franja de Gaza ni el regreso de las personas desplazadas”. Condiciones consideradas inaceptables por el gobierno de Netanyahu, acusado por la oposición de bloquear deliberadamente las conversaciones.
Para Simone Spak Safran, 77 años, la ejecutiva “no le importa” del destino de los cautivos. “Algunos proyectos de acuerdo no se concretaron, y no sólo por culpa de Hamás. No espero nada del gobierno”afirma este residente de Herzliya, al norte de Tel Aviv.
A pesar de los llamados a la paz, no parece vislumbrarse un final para este conflicto que se prolonga, desgarra a familias y socava profundamente a ambas sociedades. La “Place des Otages” promete así otras reuniones para intentar sacudir el inmovilismo político y poner fin al ciclo de violencia.