En Pensilvania, donde se explota a gran escala el gas de esquisto, muchos residentes se quejan de efectos nocivos para el medio ambiente, la salud o la propiedad. Informe del pequeño pueblo de Washington en Pensilvania en Estados Unidos.
Jodi Borello, residente de Washington PA en el estado de Pensilvania en Estados Unidos, nos lleva a ver un pozo de extracción de gas de esquisto que se encuentra a menos de 150 metros de una casa. Según un estudio de salud reciente que ella cita: “Un niño que vive a menos de 1,5 km de un pozo de gas de esquisto tiene entre 5 y 7 veces más riesgo de contraer linfoma…”.
Ya sean demócratas o republicanos, cada vez más estadounidenses quieren que esta tecnología esté mejor regulada. En el condado de Washington, algunos residentes se benefician de los beneficios económicos de esta industria. Pero muchos se preocupan por las consecuencias ambientales de este método, que implica fracturar roca de esquisto utilizando agua y productos químicos inyectados a alta presión.
Reportaje desde el país del gas de esquisto, en la verde campiña de Pensilvania.