China condena enérgicamente la venta de sistemas de misiles estadounidenses a Taiwán. Beijing denuncia injerencias de Washington y advierte de posibles medidas de represalia. Las tensiones aumentan en el estrecho…
Las relaciones chino-estadounidenses están una vez más tensas en torno a la cuestión de Taiwán. El sábado por la tarde, China condenó enérgicamente la aprobación por parte de Washington de la venta de sistemas de misiles tierra-aire a Taiwán, por un importe de 1,160 millones de dólares. Beijing considera que esta transacción “perjudica gravemente” los lazos entre ambos países y “pone en peligro la paz y la estabilidad” en el Estrecho de Taiwán.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una declaración enérgica, denunció una violación de su “soberanía” y sus “intereses de seguridad”. Advirtió que China podría tomar “todas las medidas necesarias para defender firmemente la soberanía nacional, la seguridad y la integridad territorial”, sin especificar la naturaleza de estas posibles represalias.
Una importante venta de armas a pesar de la ambigüedad estadounidense sobre el estatus de Taiwán
Estados Unidos tiene una relación compleja con Taiwán. Aunque reconocen oficialmente a la República Popular China como el único gobierno legítimo y no consideran a Taiwán como un estado independiente, brindan una importante ayuda militar a la isla. La transacción aprobada el viernes, que aún debe pasar por el Congreso, incluye sistemas NASAMS y 123 misiles por valor de 1.160 millones de dólares. Otro componente, que asciende a 828 millones, se refiere a los sistemas de radar tomados directamente de los arsenales de la Fuerza Aérea estadounidense.
Por su parte, Taiwán expresó a través de su Ministerio de Defensa su “sincero agradecimiento” a Estados Unidos. Esta venta debería permitir al ejército taiwanés “seguir mejorando su capacidad de defensa y mantener conjuntamente la paz y la estabilidad en el estrecho”, subraya el comunicado de prensa.
China considera a Taiwán una provincia rebelde
Para Beijing, la cuestión taiwanesa sigue siendo un tema ultrasensible. China ve a Taiwán como un provincia rebelde destinada a reintegrarse a su redilpor la fuerza si es necesario. Si las autoridades chinas dicen estar a favor de una “reunificación pacífica”, nunca han renunciado al uso de la fuerza. Regularmente se organizan maniobras militares en el estrecho, con buques de guerra y aviones de combate.
A mediados de octubre se alcanzó un nuevo récord con la detección por parte de Taiwán de 153 aviones chinos cerca de la isla en un solo día. Un mes antes, en reacción a una venta anterior de equipo militar estadounidense a Taiwán, Beijing ya había sancionado a empresas de defensa estadounidenses.
Washington en un acto de equilibrio
Por lo tanto, Estados Unidos se encuentra una vez más en desacuerdo entre su deseo de apoyar a Taiwán frente a la creciente presión china y la necesidad de adaptarse a las sensibilidades de Beijing. Washington debe caminar sobre una delgada línea entre el compromiso moral y los cálculos estratégicos.
La cuestión de Taiwán sigue siendo uno de los principales puntos de fricción en la relación chino-estadounidense.
Un diplomático occidental destinado en Beijing
Una fuente del gobierno taiwanés confió bajo condición de anonimato que “Taiwán aprecia el apoyo estadounidense, pero también es consciente de que aumenta las tensiones con China”. La isla, atrapada entre las dos superpotencias, sabe que su destino depende en gran medida de la evolución del equilibrio de poder entre China y Estados Unidos.
Frente a la intransigencia china y la ambigüedad estadounidense, el futuro de Taiwán parece muy incierto. Cada venta de armas, cada declaración oficial, cada maniobra militar es examinada e interpretada, en un contexto de desconfianza y tensiones crecientes. ¿Continuará el status quo cada vez más precario por mucho más tiempo? Esto es lo que está en juego en los próximos meses y años en esta región del mundo bajo alta vigilancia.