Los dispositivos portátiles ahora pueden recopilar nuestros datos cerebrales. Australia necesita reformas urgentes en materia de privacidad

Los dispositivos portátiles ahora pueden recopilar nuestros datos cerebrales. Australia necesita reformas urgentes en materia de privacidad
Los dispositivos portátiles ahora pueden recopilar nuestros datos cerebrales. Australia necesita reformas urgentes en materia de privacidad
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(MENAFN- The Conversation) Las tendencias recientes muestran que los australianos compran cada vez más dispositivos portátiles como relojes inteligentes y rastreadores de actividad física. Estos dispositivos electrónicos rastrean los movimientos de nuestro cuerpo o nuestros signos vitales para proporcionar datos a lo largo del día, con o sin la ayuda de inteligencia artificial (IA).

También hay una categoría de productos más nueva que interactúa directamente con el cerebro. Es parte de lo que la UNESCO define en términos generales como la industria emergente de la “neurotecnología”:

Gran parte de la neurotecnología se encuentra todavía en etapa de desarrollo o confinada a entornos médicos y de investigación. Pero los consumidores ya pueden comprar varios auriculares que utilizan electroencefalografía (EEG).

A menudo comercializados como cintas para la cabeza para meditación, estos dispositivos proporcionan datos en tiempo real sobre la actividad cerebral de una persona y los introducen en una aplicación.

Estos auriculares pueden resultar útiles para las personas que desean meditar, controlar su sueño y mejorar su bienestar. Sin embargo, también plantean preocupaciones sobre la privacidad: la actividad cerebral de una persona son datos intrínsecamente personales. Esto es particularmente preocupante cuando se trata de auriculares EEG y dispositivos portátiles diseñados para niños.

El sutil avance de los datos neuronales y cognitivos que los dispositivos portátiles son capaces de recopilar está dando lugar a una “fiebre del oro” de datos, en la que las empresas explotan incluso nuestros cerebros para poder desarrollar y mejorar sus productos.

Un grave problema de privacidad

En un documento de antecedentes publicado a principios de este año, la Comisión Australiana de Derechos Humanos identificó varios riesgos para los derechos humanos que la neurotecnología puede plantear, incluidos los derechos a la privacidad y la no discriminación. Los juristas, los formuladores de políticas, los legisladores y el público deben prestar seria atención a esta cuestión.

La medida en que las empresas de tecnología pueden recopilar datos cognitivos y neuronales es particularmente preocupante cuando esos datos provienen de niños. Esto se debe a que los niños quedan fuera de la protección proporcionada por la legislación de privacidad de Australia, ya que no especifica una edad en la que una persona puede tomar sus propias decisiones de privacidad.

El gobierno y las asociaciones industriales relevantes deberían realizar una investigación sincera para investigar en qué medida las empresas de neurotecnología recopilan y retienen estos datos de niños en Australia.

Los datos privados recopilados a través de dichos dispositivos también se incorporan cada vez más a los algoritmos de inteligencia artificial, lo que genera preocupaciones adicionales. Estos algoritmos se basan en el aprendizaje automático, que puede manipular conjuntos de datos de maneras que es poco probable que se alineen con el consentimiento otorgado por un usuario.

¿Qué dice la ley de privacidad?

Los usuarios deben tener total transparencia sobre qué datos recopilan sus dispositivos portátiles y cómo se utilizan.

Actualmente, la Ley de Privacidad y los Principios de Privacidad de Australia rigen la recopilación, el uso y la divulgación de información personal en Australia.

En este momento, los australianos no tienen ninguna protección legal contra la infracción de la privacidad de su cerebro y sus datos cognitivos. Las empresas de tecnología pueden extraer los datos neuronales de los australianos (incluidos los niños) y almacenar esta información fuera de Australia.

Necesitamos urgentemente actualizar las leyes para brindar protecciones de privacidad más sólidas cuando la neurotecnología entre en juego. Esto protegería de forma proactiva la privacidad de los australianos de todas las edades en todo momento.

Dado que los niños tienen acceso a dispositivos portátiles, las preocupaciones sobre la privacidad de los datos se intensifican. Estudio StoryTime/Shutterstock ¿Cómo deberíamos cambiar las leyes?

Una posible solución sería actualizar nuestra legislación de privacidad para que funcione en conjunto con la Administración de Productos Terapéuticos (TGA), que regula el suministro de dispositivos médicos en Australia.

Esto garantizaría que los dispositivos portátiles compatibles con aplicaciones y software móviles que actualmente eluden la TGA quedarían bajo su estricta supervisión. Estos dispositivos incluyen rastreadores de actividad física y relojes inteligentes, pero también cintas para la cabeza EEG.

Hacer esto significaría que estas tecnologías que invasan la privacidad deben alinearse con las regulaciones de la TGA, protegiendo los datos cognitivos y neuronales de los australianos.

También podríamos establecer controles adicionales de recopilación de datos para monitorear la recopilación de datos neuronales por parte de empresas dentro y fuera de Australia. De esta manera, podríamos garantizar el cumplimiento de las normas de privacidad e implementar medidas que impidan la recopilación o vigilancia de datos no autorizada a través de dispositivos portátiles.

Dichos cambios también deberían brindar a los usuarios el derecho a acceder a sus datos neuronales y cognitivos. Por ejemplo, los usuarios siempre deberían tener la opción de borrar sus datos de forma permanente. Hacer esto garantizaría que los datos de los australianos sean tratados de manera transparente, ética y legalmente sólida.

Australia se encuentra en una encrucijada fundamental. Necesitamos abordar los riesgos asociados con la recopilación de datos a través de la neurotecnología. La industria de dispositivos que pueden acceder a nuestros datos neuronales y cognitivos no hará más que expandirse.

Si hacemos estas reformas ahora, Australia podría convertirse en un líder mundial en protección de la privacidad. Y todos podríamos disfrutar de los beneficios de la tecnología portátil sabiendo que nuestros derechos de privacidad están estrictamente protegidos.

MENAFN10052024000199003603ID1108196605

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