Una mirada más profunda a Andrómeda
Lanzado en 2003 y gestionado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Spitzer estudió el universo en luz infrarroja, que es invisible para los ojos humanos. Las diferentes longitudes de onda revelan diferentes características de Andrómeda, incluidas fuentes de luz más calientes, como las estrellas, y fuentes más frías, como el polvo.
Al separar estas longitudes de onda y observar únicamente el polvo, los astrónomos pueden ver el “esqueleto” de la galaxia: lugares donde el gas se ha fusionado y enfriado, formando a veces polvo, creando las condiciones para que se formen estrellas. Esta vista de Andrómeda reveló algunas sorpresas. Por ejemplo, aunque es una galaxia espiral como la Vía Láctea, Andrómeda está dominada por un gran anillo de polvo en lugar de brazos distintos que rodean su centro. Las imágenes también revelaron un agujero secundario en una parte del anillo por donde pasó una galaxia enana.
La proximidad de Andrómeda a la Vía Láctea significa que parece más grande que otras galaxias desde la Tierra: vista a simple vista, Andrómeda tendría aproximadamente seis veces el ancho de la Luna (aproximadamente 3 grados). Incluso con un campo de visión más amplio que el del Hubble, Spitzer tuvo que tomar 11.000 instantáneas para crear esta imagen completa de Andrómeda.
Más sobre la misión
JPL administró la misión del Telescopio Espacial Spitzer para la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington hasta que la misión se retiró en enero de 2020. Las operaciones científicas se llevaron a cabo en el Centro de Ciencias Spitzer en Caltech. Las operaciones de la nave espacial se basaron en Lockheed Martin Space en Littleton, Colorado. Los datos se archivan en el Archivo Científico Infrarrojo operado por IPAC en Caltech. Caltech gestiona el JPL para la NASA.
Para obtener más información sobre Spitzer, visite:
https://www.nasa.gov/spitzer