Este gigante petrolero árabe registra grandes pérdidas a principios de 2024 – La Nouvelle Tribune

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A principios de 2024, el gigante petrolero saudí Saudi Aramco registró una importante caída de sus beneficios. Esta caída, marcada por una caída del 14,5% en su beneficio neto en comparación con el mismo período de 2023, plantea dudas sobre la salud financiera de la empresa. Si bien la demanda mundial de petróleo sigue siendo inestable, las decisiones estratégicas adoptadas por Arabia Saudita y la OPEP+ parecen estar afectando gravemente el desempeño de este gigante industrial.

Una de las principales razones dadas para explicar este resultado mixto es la política de reducción de la producción de petróleo iniciada por Arabia Saudita y apoyada por la OPEP+. Esta estrategia, implementada desde octubre de 2022, tiene como objetivo estabilizar los precios del petróleo reduciendo la oferta en el mercado global. Si bien esta iniciativa tuvo un impacto positivo en los precios del petróleo, también resultó en una disminución de los ingresos de Saudi Aramco, debido a la reducción en el volumen de crudo vendido.

Como mayor exportador de crudo del mundo, Arabia Saudita ha reducido su producción a alrededor de nueve millones de barriles por día, muy por debajo de su capacidad máxima de 12 millones de barriles por día. Estas restricciones de producción, combinadas con las sucesivas reducciones decididas en las reuniones de la OPEP+, tuvieron un impacto directo en los resultados financieros de Saudi Aramco.

La propia situación económica de Arabia Saudita también es un factor determinante en los desafíos que enfrenta Saudi Aramco. El país, liderado por el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman, busca diversificar su economía y reducir su dependencia de los ingresos del petróleo a través de su agenda de reformas, conocida como Visión 2030. Sin embargo, el elevado gasto realizado para implementar estas reformas ha contribuido a déficits presupuestarios persistentes. agravado por la caída de los ingresos petroleros.

Estas difíciles condiciones económicas también se reflejan en las cifras, con una caída del 1,8% en el PIB saudita en el primer trimestre de 2024 en comparación con el año anterior, atribuible principalmente a una disminución del 10,6% en las actividades petroleras. Esta tendencia pone de relieve los desafíos estructurales que enfrenta el país en su transición hacia una economía post-petrolera.

Ante esta situación, Saudi Aramco está explorando estrategias para mitigar el impacto financiero de la reducción de la producción. En diciembre de 2019, la empresa completó la mayor IPO del mundo vendiendo el 1,7% de sus acciones en el mercado de valores saudita, generando importantes fondos a corto plazo. Además, Arabia Saudita transfirió recientemente parte de las acciones de Aramco al Fondo de Inversión Pública (PIF), como parte de sus esfuerzos por diversificar sus inversiones e impulsar su crecimiento económico. Este gigante petrolero no es el único que registra pérdidas. El gigante británico, por ejemplo, también registró una fuerte caída.

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