contraEste año, el barómetro sobre el atractivo de Francia, publicado el 2 de mayo por la empresa EY (antes Ernst & Young), sitúa a Francia a la cabeza de los países más atractivos de Europa.
Los editorialistas de la prensa económica están encantados y elogian los méritos de la empresa francesa. Los miembros del gobierno siguieron su ejemplo defendiendo toda su política económica, desde la reducción de los impuestos sobre los dividendos hasta la muy controvertida reforma de las pensiones, pasando por las reducciones de las cargas para las empresas.
Digámoslo de inmediato: el uso que se hace de este barómetro es completamente engañoso. Cuando miras los números en detalle, no hay nada que celebrar. Según el barómetro, Francia tendrá, en 2023, 1.194 proyectos de inversión extranjera frente a los 985 del Reino Unido y los 733 de Alemania, lo que sitúa a nuestro país ” en cabeza “ del ranking, una formulación utilizada por muchos medios.
Pero si lo pensamos un poco, esta cifra sirve de poco: el número de proyectos es menos importante que los empleos directos o indirectos que generan. A este respecto, el barómetro indica que los proyectos de inversión extranjera en Francia están asociados a la creación de 39.773 puestos de trabajo. Este es un primer matiz: Francia pasa a la tercera posición en la escala europea de atractivo, detrás del Reino Unido y España.
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Pero, nuevamente, este indicador debe leerse con cautela, porque el número de empleos creados debe al menos estar relacionado con el tamaño del país para que la comparación tenga sentido. Una vez realizado este ajuste, Francia queda en octava posición detrás de Portugal, Serbia, Irlanda, Hungría, España, Reino Unido y Grecia. No hay nada de qué presumir.
Proximidad ideológica
Vayamos más allá y cuestionemos la importancia de estas cifras para la economía francesa. Los 39.773 empleos creados en 2023 representan el 0,13% del total de la población activa. Estos empleos son bienvenidos y ayudarán a los territorios que se beneficiarán de ellos, pero está claro que la cifra sigue siendo muy baja en comparación con la importancia que algunos quisieran atribuirle.
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Otra forma de ver esto es compararlo con el cambio en el número de desempleados el año pasado. Según cifras del INSEE y de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), en 2023 había 142.000 desempleados más, es decir tres veces y media más nuevos desempleados que nuevos empleos vinculados a las inversiones extranjeras.
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