Inundaciones: después del agua, lo peor quizá esté por llegar, según una asociación de víctimas de catástrofes del norte

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France Bleu Saint-Étienne Loire – ¿Qué se dijo cuando vio en las noticias las inundaciones en el Loira y en Auvernia-Ródano-Alpes en general la semana pasada?

David Capitaine, vicepresidente de la asociación “Blendecques Sinistrés” de apoyo a las víctimas de las inundaciones de noviembre de 2023 y enero de 2024 – Nos sentimos completamente solidarios con ellos desde que estamos allí, por eso sabemos, entre comillas, lo que están pasando, el shock psicológico. Sobre todo, lo que también sabemos es lo que viene después. En primer lugar está el agua, el shock psicológico, pero lo que sucede después tampoco es necesariamente muy agradable.

¿Está por llegar lo peor para las víctimas?

Sí, porque detrás, después del agua, están los trámites administrativos. Primero, los expertos. Allí ya las compañías de seguros les deben estar pidiendo que hagan una planilla de los daños a pesar de que ya no tienen luz y hay barro por toda la casa. Después de los seguros vendrán también los contraexpertos, ya que inevitablemente hay inconsistencias en los conocimientos especializados. Por lo tanto, los contraexpertos también harán su trabajo. También en este caso es todavía un paso que dar para las víctimas. Luego estarán los empresarios. Y toda esta cadena se ve inevitablemente desbordada porque la afluencia de trabajo es mucho mayor de lo habitual. Los plazos son muy, muy largos. También siempre hay, en estos casos, personas que abusarán del sistema. Es decir, contraexpertos que venderán sus servicios cuando no sea necesariamente necesario, empresarios que intentarán “recuperar la guinda” y cobrar de más sus cotizaciones. Desafortunadamente, todo esto es lo que hemos experimentado y es lo que, no espero, les espera también a estas víctimas.

Hace casi un año, precisamente, se produjeron inmensas inundaciones en su departamento. Para que nos hagamos una idea, ¿dónde están las víctimas un año después?

Hay personas cuyas casas han sido completamente rehechas. Todo salió bien, todo salió bien y regresaron a su casa. Pero hace una hora todavía alguien me dice que su dueño aún no ha hecho el trabajo y que vive en una casa totalmente insalubre. Así que tengo una cita con él en los próximos días para intentar intervenir con los propietarios para que se pueda hacer el trabajo. Es imposible vivir en una casa así.

El agua subió a 1,70 metros en esta sala de un consultorio dental en Rive-de-Gier. © Radio Francia
Julien Frenoy

¿Qué consejo le darías a estas personas que todavía tienen los pies en el barro y algunas de las cuales están viendo los daños?

Ya lo habíamos experimentado en 2002, así que tuvimos la experiencia y creamos esta asociación “Blendecques Sinistrés” que les ayuda administrativamente. Obviamente, es mucho trabajo voluntario, pero ayuda enormemente a las diferentes personas que no están acostumbradas a llenar tablas de Excel, que no están acostumbradas a pelear. Es la palabra correcta porque hay que hacerlo, hay que exigir, hay que pedir, hay que exigir a veces y la gente está completamente indefensa y devastada, obviamente es complicado para ellos. Entonces tenemos que apoyarlos, tiene que haber gente que lo haga durante mucho tiempo.

¿Conseguiste también recaudar fondos?

Esto es necesario porque después de la inundación, la ciudad queda devastada. Tuvimos 900 viviendas afectadas y una escuela cerrada. Los distintos comerciantes se vieron inundados. Lo reconstruyeron pero cuando abrieron su tienda, lamentablemente los clientes ya no estaban allí. Así que recaudamos fondos e hicimos vales que redistribuimos entre las víctimas y que podrían usarse en los comerciantes de Blendecquois. 36.000€ que ayudaron tanto a las víctimas como a nuestras empresas locales. Esto es algo fundamental porque detrás del desastre está el desastre financiero.

¿En su territorio ya se han puesto en marcha cosas, se ha trabajado para que esto ya no suceda, para que ya no revivamos estos momentos?

Entonces ya tuvimos una inundación en 2002. Se habían hecho trabajos pero la inundación de 2023 fue tres veces mayor que la de 2002. Por eso las obras no tuvieron la utilidad que deberían haber tenido, simplemente porque estábamos en una situación mucho más alta. grado. Para el trabajo, diría yo a gran escala, es algo muy complicado. También en este caso los procedimientos administrativos son complicados. Hay que hacer muchos estudios. Se necesita mucha autorización para poder inundar unas zonas y otras no. Los funcionarios electos locales se darán cuenta de la dificultad que supone poder gestionar este tipo de expedientes. Todos los funcionarios electos se quejan de ello.

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