El Instituto Nacional de Estadística (INSEE) acaba de publicar un estudio sobre las zonas expuestas al riesgo de inundaciones por desbordamiento de los ríos en Occitania. Nos enteramos, entre otras cosas, de que más de la mitad de la población del país catalán vive en sectores afectados por el peligro.
En los Pirineos Orientales, 264.000 habitantes sobre 491.000 viven en zonas expuestas al riesgo de inundaciones por desbordamiento de los ríos. Ésta es una de las principales lecciones locales que se desprende del reciente estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística (Insee) sobre el tema en toda la región de Occitania.
¿Los criterios en los que se basó la organización para emitir este diagnóstico? “Estas zonas de riesgo corresponden al lecho principal de los cursos de agua, es decir, al espacio que estos últimos ocuparían durante los períodos de crecida, responde Marine Soleilhavoup, directora del proyecto del INSEE que dirigió el estudio. No tenemos en cuenta aquí las nociones de intensidad y frecuencia. Se trata de una zonificación maximizadora, sobre todo en función de la topografía (relieves, etc.). Abarca realidades muy diferentes: zonas frecuentemente impactadas con importantes niveles de agua y otras relativamente preservadas. Pero de todos modos, todas estas áreas están potencialmente en riesgo”.
Sin ralentización de la construcción en zonas de riesgo
El estudio del INSEE contiene muchos datos interesantes. Así, si afectan al 54% de la población departamental, las zonas de riesgo sólo se extienden sobre el 18% del territorio. En resumen: la población se concentra en las zonas expuestas a peligros, los valles por donde pasan los ríos y la llanura del Rosellón donde convergen todos los cursos de agua.
Además, los Pirineos Orientales son el único departamento de Occitania donde la población crece al mismo ritmo, o incluso ligeramente más rápido, en las zonas de riesgo (+7,2% entre 2015 y 2022) que fuera de ellas (+6,9% más). el mismo período). “Al contrario de lo que está sucediendo en el resto de la región, no estamos viendo una desaceleración de la construcción en zonas de riesgo, incluso podría haber un ligero aumento”.completa Marine Soleilhavoup.
El 83% de los campings expuestos
Lógicamente construidos cerca de grandes núcleos de población, muchos equipamientos públicos también se ven afectados por el peligro. En cuanto a los establecimientos educativos, por ejemplo, más de la mitad lo son (160 escuelas, 23 escuelas medias y 15 bachilleres). Este es también el caso de 16 de los 31 gendarmes del país catalán, de la comisaría de policía de Perpiñán o incluso de 25 centros de bomberos y de rescate de 44.
El sector económico no está mejor. Según el INSEE, el 83% de los campings y la mitad de los hoteles de los Pirineos Orientales están situados en zonas de riesgo. En cuanto a campings, el departamento tiene la tasa más alta de Occitania. El porcentaje de empresas potencialmente expuestas (19.400 establecimientos del sector comercial no agrícola, o el 46% del total) también es mayor que en el resto de la región (30%).
Sin embargo, a pesar de estos preocupantes datos, los Pirineos Orientales no figuran entre los primeros en términos de coste financiero de las inundaciones por departamento desde 1995 en Occitania. En el país catalán la factura asciende aproximadamente a 173,6 millones de euros en el periodo. Contra 1,36 mil millones de euros para Gard. Y casi 750 millones para el Aude.
“Fueron las inundaciones las que crearon la llanura del Rosellón”
Las cifras citadas por el INSEE no parecen sorprender demasiado al hidrogeólogo de Perpiñán Henri Got. Sin embargo, el científico insiste en la importancia de poner estos datos en perspectiva. “El Rosellón es una llanura aluvial, recuerda. Estos son los ríos que lo construyeron en el período Cuaternario. La llanura nació de las inundaciones. A partir de ahí todo es posible. Después, debemos ver cuál es la probabilidad de que ocurra tal inundación en base a eventos pasados. Y teniendo en cuenta que el cambio climático ha cambiado muchas cosas desde la última gran inundación que vivimos, la del Aiguat de 1940. Existe una tendencia general a decir que todas las llanuras aluviales estarán sujetas a inundaciones. Pero nadie puede predecir cuándo. Es como cuando hablamos de un terremoto. Sabemos que hay zonas de riesgo, que el peligro existe, pero no sabemos cuándo sucederá”.