Una superficie casi cuatro veces mayor que Suiza está potencialmente afectada por minas o artefactos explosivos en Ucrania, tras la invasión rusa. La presidenta de la Confederación, Viola Amherd, recibió este jueves en Lausana, durante una cumbre de dos días, al primer ministro ucraniano, Denys Chmyhal.
Anunció un proyecto de ayuda por valor de 4,6 millones de francos. En colaboración con la empresa suiza Global Clearance Solutions (GCS), se entregarán tres máquinas de desminado a los socios ucranianos “con una oferta que también incluirá formación, tutoría y un componente logístico”. Esta suma forma parte de los 100 millones liberados por Berna para ayudar a la remoción de minas en Ucrania.
Los terrenos plagados de minas y artefactos explosivos matan cada año a miles de personas en todo el mundo, recordó el consejero federal durante el discurso de apertura de esta conferencia internacional que se celebra hasta el viernes en la escuela de hostelería.
“El desminado humanitario no es sólo una cuestión de seguridad, es también un requisito previo para la reconstrucción, en particular para la reanudación de la producción agrícola y la educación de los niños”, subrayó el Valaisanne. El año pasado ya se envió a Ucrania el primer dragaminas suizo teledirigido de la fundación Digger de Tavannaise (Bélgica).
