Qatar, que ha acogido a los dirigentes políticos de Hamas desde 2012 con la bendición de Estados Unidos, ha estado involucrado durante meses en conversaciones entre bastidores sobre una posible tregua y posibles intercambios de prisioneros entre palestinos detenidos en Israel y rehenes israelíes secuestrados. el 7 de octubre. Pero ante el estancamiento de las discusiones y de los llamados a presionar a Hamás, particularmente por parte de Israel y Estados Unidos, el emirato advirtió esta semana que podría retirarse de su papel de mediador.
Esta semana, su portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que la decisión de reevaluar su papel fue motivada por la frustración por los ataques políticos, particularmente de miembros del gobierno israelí.
“Contrariamente a los estándares de mediación”
“Todos saben cuál es el papel de Qatar”, dijo, refiriéndose a la tregua de una semana de noviembre, durante la cual decenas de rehenes israelíes y extranjeros fueron liberados.
Para Neil Quilliam, analista de Oriente Medio en Chatham House, la reacción de Qatar es contraria a las normas de mediación porque “los mediadores no tienen la costumbre de tomar represalias”. Pero los qataríes “han recibido tantos golpes de los israelíes, de Netanyahu directamente y de los miembros del Congreso (estadounidense), que creo que se están quedando sin fuerza”, añadió.
A los ojos del experto en geopolítica James Dorsey, es “sorprendente que una de las partes supuestamente necesitadas de esta mediación esté atacando al mediador”. Según él, la respuesta de Qatar fue una “represalia”.
