Desde 2006, el sistema CEE ha impulsado a los proveedores de energía a promover soluciones más eficientes para sus clientes. Subvencionando renovaciones térmicas, como MaPrimeRénov’ o apoyando instalaciones que consumen menos energía, permiten generar certificados que evitan fuertes sanciones económicas. Hasta ahora, todo parecía funcionar: los hogares estaban ahorrando un poco de energía y, en teoría, sus facturas eran más bajas. Pero a partir de 2026 la situación cambia. La Unión Europea se ha fijado objetivos drásticos para reducir las emisiones de CO2imponiendo cuotas cada vez más altas a todos los actores.
Sin embargo, para cumplir con estos nuevos requisitos, los proveedores de energía no tienen otra opción que invertir aún más en ahorro de energía. Pasarán este coste adicional directamente a las facturas del hogar. Actualmente, los PECO ya representan alrededor de 200 euros al año en las facturas de energía de los hogares. Pero con el aumento previsto de las cuotas, esta contribución podría dispararse. En 2026, podría llegar hasta los 1.000 euros por hogar.
No se trata de aumentos pequeños y progresivos: los volúmenes de CEE necesarios se duplicarán, lo que obligará a los proveedores a intensificar sus acciones y, por tanto, a repercutir los costes. Y esto para todas las energías: electricidad, gas, fuel oil. Un mecanismo que, como era de esperar, pesará mucho sobre las finanzas de los hogares.
