Bruno Retailleau, nuevo ministro del Interior, promete “el restablecimiento del orden” y “firmeza”

Bruno Retailleau, nuevo ministro del Interior, promete “el restablecimiento del orden” y “firmeza”
Bruno Retailleau, nuevo ministro del Interior, promete “el restablecimiento del orden” y “firmeza”
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Un traspaso de poderes muy simbólico en el Ministerio del Interior entre dos pesos pesados ​​encargados de encarnar la seguridad. El presidente del grupo LR en el Senado, Bruno Retailleau, relevó a Gérald Darmanin el lunes 23 de septiembre por la mañana en la plaza Beauvau. En un discurso de diez minutos, el senador de Vendée reiteró la línea que encarnará. “Tengo tres prioridades: restablecer el orden, el segundo restablecer el orden, el tercer restablecer el orden”. […] “Cuando no hay orden, es la libertad la que está amenazada”, explicó a los directivos del ministerio.

Partidario de un discurso de la “verdad”, el nuevo presentador de Beauvau considera que los franceses no viven “una vaga sensación de inseguridad”, sino con “estadísticas preocupantes”, evocando a las víctimas de una “barbarie que se ha vuelto casi cotidiana”. “A estas víctimas anónimas, la República les debe firmeza. […] “Debemos tener el coraje de ser firmes, de ser justamente firmes, por el colegial que fue golpeado, por la joven que fue violada, por la viuda doliente del policía, por nuestros compatriotas que, por su origen, color de piel y creencias, están amenazados”, prometió.

En las elecciones legislativas, el “pueblo soberano” envió una petición para restablecer el orden “en las calles” y “en las fronteras”, según el nuevo ministro

Bruno Retailleau, que se ha pronunciado en las legislativas, pretende, como “reivindicación democrática”, escuchar al “pueblo soberano”. “Ha enviado un mensaje que debemos escuchar, sin ningún sectarismo. Cada elección tiene el mismo peso democrático, este mensaje es claro: los franceses quieren más orden en las calles, más orden en las fronteras”, subrayó, estimando que la reivindicación “viene de la inmensa mayoría de los franceses”.

El máximo responsable de la policía francesa también prometió a los miles de funcionarios del ministerio un apoyo inquebrantable: “No me rendiré, no cederé nunca, no toleraré ninguna ofensa, ningún ataque, físico por supuesto, es tan obvio, no más ataques verbales”. […] Vergüenza debería dar a quienes infunden odio hacia nuestros agentes del orden en sus discursos; es vergonzoso.

El nuevo ministro es consciente de la magnitud de su tarea. “No todo va a suceder con una varita mágica. Nunca contaré historias a los franceses porque el camino a seguir es empinado y será duro. No se puede hacer con un chasquido de dedos ni con un golpe en la barbilla. También hará falta perseverancia, profesionalidad y constancia”, afirmó.

Gérald Darmanin, que ocupaba el cargo en el Ministerio del Interior desde julio de 2020, le envió “muy sinceramente” sus “deseos de éxito”. “Sé que tiene firmeza. Dejamos la policía en manos de un hombre que ama el Ministerio del Interior”, le dijo a su sucesor, prometiéndole apoyarlo desde entonces. [sa] “Moderno lugar” como diputado. “Hoy me voy con la sensación de haber servido a mi país lo mejor que he podido”, afirmó el ex alcalde de Tourcoing, que también reconoció que todavía quedan “cosas por mejorar”. “Por supuesto que cometimos errores, pero hicimos lo mejor que pudimos”. […] “Es evidente que es necesario reforzar aún más la seguridad de los franceses”.

“Es evidente que si me hubiera llamado Moussa Darmanin no habría sido alcalde ni diputado”

El ministro saliente expresó su “emoción” recordando las tragedias que vivió durante sus cuatro años al frente de la policía. Una de las más recientes fue la muerte del gendarme Éric Comyn tras una negativa a obedecer en Mougins, en los Alpes Marítimos. “Nunca olvidaré los rostros de los heridos, las viudas, los padres, los niños, que perdieron al amor de su vida detrás de un ataúd tricolor”.

En su discurso de despedida a los funcionarios y equipos del ministerio, Gérald Darmanin también habló de su ascenso social. “Doble nieto de inmigrantes, hijo de un obrero y de una empleada de la limpieza, no hay mayor honor que servir a su país en puestos tan prestigiosos”. Y para explicar la elección de sus padres de no haberle puesto como nombre de pila el de su abuelo, un fusilero argelino, dijo: “Es evidente que si me hubiera llamado Moussa Darmanin, no habría sido alcalde ni diputado y probablemente no habría sido ministro del Interior”.

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