¿Cómo recuperarse a nivel internacional tras el terremoto de la disolución? Tras la designación del gobierno de Michel Barnier, Emmanuel Macron tendrá la oportunidad de tantear el terreno el martes y el miércoles en la Asamblea General de la ONU y luego el jueves en Canadá, pero el contexto sigue siendo complicado para Francia.
Desde la disolución de la Asamblea Nacional el 9 de junio, el jefe de Estado se encuentra inmerso en una crisis política interna, ya que las elecciones legislativas no han logrado una mayoría estable. Y aunque el sábado se formó finalmente un gobierno, éste sigue a merced de la censura de los extremos.
“La Asamblea General de la ONU es una oportunidad para que Emmanuel Macron recupere la compostura. Debe demostrar que Francia conserva la capacidad de existir a nivel internacional”, resume Michel Duclos, ex embajador y asesor especial del Instituto Montaigne en París, entrevistado por la AFP.
De hecho, la pérdida de influencia de Francia, ya latente desde el final de la Guerra Fría, se ha visto acentuada por la crisis política.
«Todo sistema político desestabilizado pierde credibilidad y capacidad de acción», explica Bertrand Badie, especialista en relaciones internacionales de Sciences Po.
Una ley de la que Francia está tanto menos exenta cuanto que es famosa por la solidez de sus instituciones desde el comienzo de la V República.
“Es una ruptura sin precedentes en cuanto a su percepción en el mundo, excepto quizás durante el movimiento estudiantil de 1968”, señala Bertrand Badie.
“Francia está debilitada”
En los últimos años, Francia ya ha sido “expulsada del Sahel”, ha “desinvertido” parcialmente en Oriente Medio y el jefe de Estado está “pagando” su postura de diálogo con Rusia al comienzo de la guerra en Ucrania, añade Michel Duclos.
Las ondas expansivas de la crisis política se están sintiendo incluso en Bruselas. El último ejemplo es la dimisión del comisario francés Thierry Breton tras un enfrentamiento con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
“Eso significa que el presidente Emmanuel Macron no se siente lo suficientemente fuerte como para oponer resistencia al presidente”, lamentó el eurodiputado Bernard Guetta, cercano a Macron, en France 5. “Sí, Francia está debilitada”, reconoció.
Durante el verano, el jefe de Estado se mantuvo en contacto con todos los actores del conflicto en Gaza. Tras la serie de explosiones de buscapersonas y walkie-talkies en las filas del movimiento islamista libanés Hezbolá, también se dirigió directamente a los libaneses en un vídeo, insistiendo en que una “vía diplomática” sigue siendo posible a pesar del riesgo de “guerra”.
Sin embargo, se mantuvo más discreto sobre Ucrania, cuando el primer ministro británico, Keir Starmer, discutió con el presidente estadounidense, Joe Biden, la posibilidad de autorizar a Kiev a utilizar misiles de largo alcance contra Rusia.
Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (a la que no asistió en 2023), Emmanuel Macron intervendrá en diversos foros, siendo el más destacado su discurso en el podio de la ONU el miércoles.
Buenos discursos
“Estamos en un momento en la comunidad internacional en el que necesitamos restablecer vínculos, puntos de convergencia. Y en eso se centrará el presidente de la República durante sus dos días en Nueva York”, subraya el Elíseo.
Se espera que se reúna con algunos de sus homólogos de Oriente Medio, el G7 y el G20. Aún no se ha confirmado un encuentro con el nuevo presidente iraní, Massoud Pezeshkian.
Luego viajará a Canadá para “relanzar la asociación estratégica” entre estos dos países aliados con el primer ministro Justin Trudeau y promover la francofonía.
La partida aún no está ganada. “La Asamblea de las Naciones Unidas es la diplomacia de la retórica, de las palabras, de los bellos discursos. Al principio le sirvió a Macron, le dio cierta aura (…) Pero hoy ya no vemos tantas expectativas” sobre él, señala Bertrand Badie.
Más mordaz, el ex ministro de Asuntos Exteriores Dominique de Villepin afirma que Francia está “en decadencia” y que “el software presidencial está obsoleto” en la escena internacional.
Michel Duclos relativiza en parte esta observación, estimando que Emmanuel Macron conserva “cierta estatura personal” y que todavía se le reconoce por sus “ideas, su garbo”. En este sentido, “Nueva York será una prueba de su credibilidad internacional”.
(AFP-AFP)