El 21 de septiembre, Astrid Panosyan sucede a Catherine Vautrin como ministra de Trabajo. Esta exmiembro del gabinete de Emmanuel Macron, cuando era ministro de Economía, está inmersa en los expedientes Uber. Un perfil que no augura nada bueno en términos de protección de los trabajadores.
“Pierre, por favor, hazle llegar nuestro agradecimiento a Travis Kalanick (…), como ya hemos dicho, nos interesa una nota informativa que resuma tus expectativas en materia de reglamentación y cuéntanos cómo podríamos realizar pronto un evento con Emmanuel Macron que pudiera ofrecer una imagen positiva”.
Astrid Panosyan, en un correo electrónico fechado el 1 de octubre de 2014 dirigido a Pierre-Dimitri Gore-Coty, entonces director de Uber Europa Occidental
El 1 de octubre de 2014, Travis Kalanick [ndlr : alors PDG d’Uber] Y tres de sus colegas se marchan contentos del despacho de Emmanuel Macron. El joven ministro de Economía los recibió discretamente en Bercy y les expresó su apoyo tras la votación de la ley Thévenoud, que frena el desarrollo de Uber en Francia al prohibir UberPop (la plataforma sigue funcionando ilegalmente) y al obligar a los conductores a realizar un curso de formación de 250 horas.
Al mando del teclado, para garantizar el buen desarrollo de la reunión, se encuentra Astrid Panosyan. Tras haber ocupado varios puestos de responsabilidad en grandes empresas privadas (secretaria general de Groupama desde 2011, tras una etapa en Axa), esta licenciada por Sciences Po, HEC y Harvard se incorporó al gabinete de Macron como asesora encargada del atractivo económico y de las inversiones internacionales.
Astrid Panosyan: “Un lobo para cuidar las ovejas“
Luego se involucra en lo que todavía no se llama los “Ubers Files”, el nombre dado a la filtración de más de 124.000 documentos, correos electrónicos, mensajes de texto, notas, etc. relacionados con Uber y procesados por el ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación). Revelan en particular cómo Emmanuel Macron se improvisó como socio privilegiado de la empresa californiana y permitió su desarrollo en Francia.
Esto no impidió que el 21 de septiembre Astrid Panosyan fuera nombrada ministra de Trabajo en el gobierno de Barnier. Aunque la cuestión de la desregulación del código laboral sigue en la agenda, esta elección es motivo de preocupación.Elegir a Astrid Panosyan para el Ministerio de Trabajo es elegir un lobo para cuidar ovejas. En el gabinete de Emmanuel Macron, cuando era ministro de Economía, ella participó en el escándalo de los archivos de Uber y también es conocida por sus vínculos con McKinsey“, comenta la diputada Danielle Simonnet, ponente de la comisión parlamentaria de investigación sobre las revelaciones de Uber.
Astrid Panosyan recibe las “notas de propuesta” de Uber
“Desde los primeros contactos entre Emmanuel Macron o su gabinete y Uber, las discusiones se centraron en un elemento esencial para la plataforma: ¿cómo aumentar rápidamente el número de conductores?”, describe el informe de la comisión de investigación parlamentaria. Sin embargo, la exigencia de formación aumentada a 250 horas es un gran obstáculo para esta expansión.
Para ello, Emmanuel Macron pretende tomar la vía reglamentaria redactando un decreto. Astrid Panosyan está en primera fila y es testigo de la puesta en marcha de esta estrategia. El 23 de marzo de 2015, en un correo electrónico enviado a la oficina del ministro de Economía, del que Astrid Panosyan es destinataria, Thaima Samman, abogada de Uber, adjunta una “nota de propuesta”. En ella se presenta “un marco reglamentario más adaptado al fuerte crecimiento del sector de los VTC”. Entiéndase: un texto destinado a influir en la redacción del futuro decreto.
El 2 de febrero de 2016, Emmanuel Macron y Uber dieron finalmente su golpe de Estado: en un decreto ministerial firmado por el ministro de Economía, Industria y Asuntos Digitales, el ministro del Interior y el ministro de Transportes, el tiempo de formación de los conductores se redujo de 250 horas a 7 horas.
Como recuerda Le Monde, en su momento, Uber no era apreciado por el resto del gobierno socialista. Sin embargo, Emmanuel Macron, y Astrid Panosyan con él, decidieron imponer la plataforma en Francia, a pesar de todas las regresiones sociales que ello provocó. El informe de la investigación parlamentaria enumera los efectos negativos de la plataforma: “gran precariedad de los conductores de vehículos con chófer (VTC) y, más aún, de los repartidores”, “deterioro del servicio público privado de transporte de pasajeros para los usuarios”, “pérdida de ingresos para las finanzas públicas”, “optimización de la evasión fiscal”, “impacto negativo de la uberización en el cambio climático y la transición ecológica”.
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El sombrero de lobista de Uber que lució Emmanuel Macron no fue depositado en las escaleras del Elíseo. El presidente pretende seguir defendiendo el modelo de plataforma. En 2024, también se opondrá a la directiva europea sobre trabajadores de plataformas, que crea una presunción de empleo para los empleados.
Aunque no se sabe en qué medida Emmanuel Macron pudo haber influido en la elección de Astrid Panosyan, esto confirma al menos una cosa: tratar discretamente con empresas privadas implicadas en una forma de desregulación, desafiando la ley, no impide las promociones. Todo lo contrario.
Crédito de la foto: CC Le9thermidor
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