“La llama de un servidor de la República aún arde…”, (E. Massiga FAYE)

“La llama de un servidor de la República aún arde…”, (E. Massiga FAYE)
“La llama de un servidor de la República aún arde…”, (E. Massiga FAYE)
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21 de septiembre de 2018 – 21 de septiembre de 2024. Bruno Robert Louis Diatta nos dejó hace 6 años. El ex Ministro, Jefe del Servicio de Protocolo Presidencial, estuvo, de 1977 a 2018, es decir, 41 años, al servicio de la República y de la paz en Senegal, en África y en el mundo.

«Un ser humano que muere no es un mortal que termina. Es un inmortal que comienza». Esta observación, de una precisión poco común, proviene de la escritora y humorista quebequense Doris Lussier. Ha meditado mucho y profundamente sobre la muerte en relación directa con la vida. Seis años después (21 de septiembre de 2018-21 de septiembre de 2024), el anuncio de la muerte repentina del ex ministro jefe del Servicio de Protocolo Presidencial había sacudido a todo un país, a toda una nación. Bruno Robert Louis Diatta inició así un ascenso hacia la luz.

Para rendir homenaje y perpetuar la memoria de este ilustre Secretario de Estado, en 2021 se publicó un conjunto multimedia (película y libro) con motivo del 3º aniversario de su muerte, bajo el título “Bruno Diatta al servicio de la República”.

En la película, la sucesión de testimonios pone de relieve este estribillo para definir la personalidad de Bruno Diatta: “sencillez, discreción, eficacia”. En el documento, su viuda, la señora Thérèse Turpin Diatta, testifica en un plano en el que está de espaldas a la cámara y frente al retrato de su difunto marido. La señora Diatta retrocede en el tiempo hasta el año en que se conocieron. Fue en 1973 en la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar, donde acababan de graduarse como primeros de sus respectivas clases. Thérèse Turpin acababa de obtener un diploma en derecho privado mientras que Bruno Diatta se graduaba en la Escuela Nacional de Administración (ENA).

En aquella época, la mujer que se convertiría en la esposa del diplomático había detectado rasgos de carácter que distinguían a Bruno de los demás estudiantes. “Era amable, muy considerado”, recuerda la señora Diatta. A lo largo del camino, Thérèse y Bruno descubrieron que tenían afinidades. Muy riguroso y generoso en su trabajo, el ex ministro, jefe del Servicio de Protocolo Presidencial, era sin embargo un “dulce papá” en su familia. Su esposa lo describió como una persona vivaz a la que le encantaba bailar y cantar. “Es muy brutal, muy doloroso, pero somos creyentes”, confiesa la señora Diatta, que encontró esta fuerza y ​​esta energía en sus hijos. Al saludar los valores cristianos y africanos (humildad y orgullo) encarnados por su difunto marido, Thérèse Turpin Diatta sostuvo: “No tenemos derecho a destruir este fervor nacional. Debemos hablar de Bruno Diatta a las generaciones futuras”.

A los ojos del arzobispo de Dakar, el ex ministro se mantuvo fiel a su misión. “Su formación cristiana contribuyó a la calidad de su servicio”, se congratuló Monseñor Benjamin Ndiaye.

Trabajo minucioso

En nombre de la familia, la hija mayor, Guylaine Diatta Gomis, repasó con gran dignidad la historia de aquel triste día: “Papá se fue en paz y bien rodeado”. Entre los valores, virtudes y principios que guiaron a su ilustre padre, hay un lugar destacado para “el amor a la patria, el respeto a las instituciones”. Suficientes para inspirar a las generaciones más jóvenes.

Fue en esta dinámica que la señora Gomis anunció, durante la ceremonia de presentación del libro, la creación de la Fundación Bruno Diatta. En la misma línea, Monseñor Théodore Adrien Cardenal Sarr, Arzobispo Emérito de Dakar, había subrayado la gran calidad de ser que emanaba del difunto Ministro, Jefe del Servicio de Protocolo Presidencial. A los ojos del Arzobispo Emérito de Dakar, esta sincera admiración por este gran servidor de la República no debe extinguirse después del duelo.

“Era necesario traducirlo en una imitación de los valores que encarnaba con un trabajo minucioso digno del ilustre difunto”, señaló el cardenal Sarr. Así, los elogios y los testimonios fueron recopilados en una edición de lujo bajo la dirección de documentalistas de la Escuela de Bibliotecarios, Archiveros y Documentalistas (Ebad) y un grupo de trabajo.

Durante la ceremonia, el ex ministro de Cultura, Abdoulaye Diop, elogió a Bruno Diatta como un hombre excepcional y a su esposa Thérèse como una mujer inspirada en la cultura. “Más que un libro, la obra es una obra de arte. Es un álbum iluminado, un testimonio del hombre modelo”, estimó el ministro. Abdoulaye Diop destacó la carrera “luminosa y “conciliadora” del difunto, un concentrado de excelencia. El ministro Bruno Diatta supo combinar con elegancia: conocimiento, saber hacer y habilidades interpersonales.

Para la señora Thérèse Turpin Diatta es un orgullo haber vivido 42 años con su difunto marido, caminar por la calle y ver a la gente susurrar: “es la mujer de Bruno Diatta”. Es un orgullo ver a la gente venir a mi casa y decir: “Señora Diatta, usted no tiene derecho a llorar porque un pueblo entero ya está llorando por usted, seque sus lágrimas”. Para la señora Diatta es un orgullo ver a sus hijos que tuvieron un coraje excepcional porque estaban cerca de su padre y él se fue de repente.

“Vivir y creer es también aceptar que la vida contiene la muerte y que la muerte contiene la vida. No nos has dejado, sino que has ido al país de la vida, donde las flores no se marchitan, donde el tiempo ya no sabe nada de nosotros…”. Estos escritos del poeta, pintor, padre André Marie de Croixrault tienen una resonancia singular en este día 21 de septiembre de 2024 correspondiente al 6º aniversario de la llamada a Dios de Bruno Robert Louis Diatta.

E. Massiga FAYE (El Sol)

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