Durante el primer semestre de 2024, las ventas de bombas de calor cayeron más del 50%. Por el contrario, aumentaron las ventas de calderas de gasóleo y gas. ¿Cómo se explica este fenómeno?
Según las cifras de Climafed, la federación belga de tecnologías climáticas, la bomba de calor pierde cada vez más popularidad. Las ventas cayeron un 56% en los primeros seis meses del año.
En concreto, esto se traduce en la venta de 16.200 bombas de calor en el primer semestre del año, frente a las 29.800 de los seis primeros meses de 2023, lo que supone un descenso de 13.600 unidades.
Pero, ¿cómo se explica este fenómeno? Dirk Peytier, presidente de la comisión de calefacción de Buildwise, ofrece varias razones. “En primer lugar, la falta de participación en las primas regionales. En segundo lugar, el coste de la energía y el coste de inversión que supone instalar una bomba de calor juegan un papel importante. Estamos hablando de un precio entre 4 y 5 veces superior al de una caldera. En términos de compra, esto supone una clara diferencia”.
Por el contrario, las ventas de calderas de gasóleo y gas aumentaron un 8%, lo que equivale a 7.650 calderas adicionales. Es importante señalar que las bombas de calor se ofrecen principalmente para nuevas construcciones y que a principios de año se produjo un descenso en la actividad de construcción.
De hecho, los consumidores dudan en invertir en una bomba de calor, que cuesta entre 3 y 4 veces más que una caldera de gas: alrededor de 10.000 euros para una bomba de calor frente a los 3.000 euros de una caldera de gas.
Aunque una bomba de calor consume aproximadamente cuatro veces menos energía que una caldera de gas o gasóleo, el precio de la electricidad es cuatro veces superior al del gas.
En Flandes, las bombas de calor serán obligatorias en los edificios nuevos a partir de 2025, y la obligación se extenderá gradualmente a todo el país.
Consumo de energía de la bomba de calor
