Alguien más | Un asesinato… y algunos clichés

No me gustan mucho los thrillers que nos llegan con un final descabellado. Por eso levanté las cejas cuando cerré la última novela de Guillaume Musso. La resolución de su enigma descansa en lo que los ingleses llaman “suspensión de la incredulidad”.

La historia que nos cuentan es muy improbable, pero nos mantiene en vilo. ¿No es ese el objetivo de una novela policíaca?

Inicialmente, es el escenario en el que se desarrolla la trama de Alguien más que me atrajeron: una rica heredera italiana que hizo carrera en el periodismo, un asesinato cometido en la bahía de Cannes, un investigador con cabeza de cerdo… Sin embargo, al leer me desanimó la basura de clichés que esta novela contiene: el policía solitario que viste la ropa arrugada o cuya vida amorosa es un desastre, el millonario condescendiente, el financiero excéntrico que mueve los hilos entre bastidores… Eso lo hemos leído tantas veces… Nada sorprendente ni original en estas descripciones de lugares y personajes. Ahí queda el ritmo y ahí Musso lo domina muy bien: pasamos de un personaje a otro, de un punto de vista a otro a través de capítulos cortos y bien trabajados. El suspense, bien construido, consigue su objetivo: pasamos las páginas hasta bien entrada la noche para conocer el final. Si éste es el único objetivo de un thriller, entonces es un éxito.