Stefanos Tsitsipas, Ugo Humbert, Andy Roddick… a pocos días del final de la temporada en el circuito ATP, muchas voces del tenis se alzan para denunciar la ampliación a dos semanas del Masters 1000, en una agenda ya de por sí apretada.
Los torneos más importantes del circuito después de los Grand Slam, “Las dos semanas de Masters 1000 se han convertido en una faena”lanzó el jueves el griego Stefanos Tsitsipas, duodécimo jugador del mundo, el X.
“Los jugadores no tienen el tiempo necesario de recuperación ni de entrenamiento”estimó el doble finalista de Grand Slam. En consecuencia, “la calidad (del juego, nota del editor) ha bajado”, juzgó.
En octubre, el número uno del tenis francés, Ugo Humbert, ya había acusado a la ATP, organizadora de la mayoría de los torneos del calendario, de “nunca” ir en la dirección de los jugadores.
“La mayor chorrada es haber planteado el Masters 1000 en dos semanas”había afirmado en una entrevista con los medios de Tennis Majors el reciente finalista del Masters 1000 de París, uno de los raros que se disputan durante una semana.
“Nos dicen que ganamos más dinero pero eso no es cierto, tenemos el doble de costos” por la mayor permanencia en el sitio. Y “hay muchos más muchachos que se lesionan”según el zurdo de Metz.
Organizados en marzo, los dos primeros Masters 1.000 de la temporada (Indian Wells y Miami) se reparten desde hace tiempo en dos semanas.
Pero lo que era una excepción se está convirtiendo en la norma, con la ampliación a 12 días de competición de los Masters 1.000 de Roma, Madrid y Shanghai desde 2023 y la prevista para 2025 de los Masters 1.000 de Cincinnati y Canadá.
“Consistencia”
Entre los nueve Masters 1.000 de la temporada 2025, sólo los de Montecarlo en primavera y París en otoño conservarán el formato histórico de una semana de competición.
En un balance de esta evolución presentado a principios de octubre, la ATP aseguró que la extensión de estos torneos permitió traer más jugadores a las mesas (96 en lugar de 56), aumentar su remuneración y mejorar la “experiencia”. de los espectadores.
En 2023, los premios acumulados del Masters 1000 saltaron hasta superar los 70 millones de dólares, frente a los 55,6 millones de dólares de 2022, un aumento “impulsado por la ampliación de las mesas en Madrid, Roma y Shanghai”, según la ATP.
“Los sorteos más grandes aportan más dinero a más jugadores, en línea con el objetivo de la ATP de aumentar el número de jugadores que puedan ganarse la vida dignamente con el tenis”argumentó además el tribunal.
Para el número uno del mundo, Jannik Sinner, cada jugador también sigue siendo libre de jugar ciertos torneos o no.
“Hay que tomar decisiones (…) En los últimos dos años me salté los torneos porque quería entrenar”dijo en septiembre.
Un argumento cuestionado por el ex número uno del mundo Andy Roddick, ahora retirado de los tribunales.
“Estamos intentando desesperadamente encontrar espacio en el calendario y ¿qué hacemos? Ampliamos (casi, ndr) todos los Masters 1000 a dos semanas”lamentó el estadounidense el miércoles en un podcast.
Sin embargo, la ATP no es la única responsable de la embolia del calendario.
Al igual que el Six Kings Slam, un lucrativo torneo no oficial que reunió a seis estrellas del circuito a mediados de octubre en Arabia Saudita (incluidos los números 1 y 3 del mundo Jannik Sinner y Carlos Alcaraz), las exhibiciones se multiplican.
Unos días después de la exhibición en Arabia Saudita, el campeón Novak Djokovic y luego Jannik Sinner se retiró del Masters 1000 de París.
Para el director del torneo, Cédric Pioline, “todo el mundo debe tener coherencia. Por un lado nos quejamos de que hay muchos torneos y, por otro, hacemos aún más”, subraya el ex número 5 del mundo.
Un llamamiento a la coherencia al que se unió con picardía el jueves el suizo Stanislas Wawrinka, tres veces ganador de Grand Slam.
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