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Recordar acontecimientos dolorosos o traumáticos puede resultar profundamente opresivo, especialmente cuando perjudican la función cognitiva y la salud mental. Los investigadores han desarrollado una técnica para debilitar los recuerdos negativos reactivando los recuerdos positivos durante el sueño no REM, la fase del sueño esencial para la consolidación de la memoria. Implica reprogramar una lista de palabras sin ningún significado particular para que provoquen recuerdos más agradables (en lugar de desagradables). En última instancia, este enfoque no invasivo podría contribuir al tratamiento de trastornos mentales vinculados a recuerdos traumáticos.
Recordar acontecimientos dolorosos o traumáticos puede resultar profundamente abrumador, especialmente cuando perjudican la función cognitiva y la salud mental. Pueden estar asociados a diversos trastornos mentales, como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT) o incluso trastorno bipolar.
Los científicos llevan muchos años buscando métodos que ayuden a gestionar estos recuerdos y sus impactos en la salud mental. Sin embargo, controlar los recuerdos aversivos supone un importante desafío debido a las intensas emociones asociadas a ellos y a su fuerte consolidación en la memoria, a diferencia de otro tipo de recuerdos.
Estudios anteriores han sugerido que puede ser posible aliviarlos utilizando enfoques basados en el sueño, ya que el sueño influye tanto en la memoria como en el procesamiento emocional. Experimentos recientes han demostrado que la activación de recuerdos positivos durante la vigilia puede aliviar las emociones negativas y los síntomas depresivos en humanos y modelos animales.
Además, los estudios sugieren que los recuerdos de las experiencias cotidianas se reactivan espontáneamente durante el sueño, lo que contribuye a su consolidación. La consolidación de la memoria podría controlarse selectivamente mediante la manipulación de señales sensoriales asociadas durante el sueño no REM (no REM o NREM), un procedimiento llamado “reactivación dirigida de la memoria” (TMR). Aunque la TMR se utiliza generalmente para consolidar recuerdos, también podría utilizarse para debilitarlos.
El equipo de investigación, de la Universidad de Hong Kong, propone una nueva estrategia que debilitaría los recuerdos negativos al interferir con los positivos, reactivando estos últimos durante el sueño NREM posterior. “
Nuestra hipótesis es que los recuerdos aversivos más antiguos podrían debilitarse al reactivar los recuerdos positivos correspondientes durante el sueño NREM. », explican los investigadores en su estudio, publicado en la revista
PNAS.
Los recuerdos positivos tienen más probabilidades de ser recordados.
Los investigadores diseñaron un protocolo experimental de varios días para explorar su hipótesis. El primer día, 37 participantes asimilaron recuerdos aversivos y luego se beneficiaron de una noche de sueño para consolidarlos. Para ello, se les pidió que asociaran palabras aleatorias sin ningún significado particular con una lista de imágenes que se sabía que eran negativas (48 pares), como heridas o animales peligrosos, por ejemplo. Se realizaron ejercicios de memoria antes de la noche de sueño para consolidar los recuerdos.
El segundo día, los participantes asimilaron recuerdos positivos intentando asociar la mitad de las palabras previamente seleccionadas con imágenes positivas (bellos paisajes, niños sonrientes, etc.), creando así interferencias. Durante la siguiente noche de sueño, se reprodujo una grabación de audio de palabras dichas en voz alta durante el sueño NREM. “ Durante el sueño NREM posterior, repetimos señales de memoria asociadas con imágenes tanto aversivas como positivas para debilitar los recuerdos aversivos y las respuestas afectivas más antiguas. [qui y sont liées] », explican los investigadores.
La actividad cerebral de los voluntarios se controló mediante electroencefalografía. El equipo de investigación evaluó tanto la memoria como las respuestas afectivas relacionadas con los recuerdos positivos y negativos. Para realizar esta evaluación, los investigadores se centraron en particular en las actividades cerebrales theta (4 a 8 Hz) y beta (16 a 30 Hz). El primero está asociado con el procesamiento emocional y la reactivación de la memoria emocional durante el sueño, mientras que el segundo está relacionado con la interferencia de la memoria durante el sueño y el olvido al despertar.
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La actividad de la banda theta aumentó en respuesta a las señales auditivas de la memoria y fue significativamente mayor cuando estas señales eran positivas. Al aplicar cuestionarios a los voluntarios para evaluar su memoria, los investigadores también descubrieron que era más probable que se recordaran los recuerdos positivos que los negativos.
« Descubrimos que este procedimiento debilitaba el recuerdo de recuerdos desagradables y también aumentaba la intrusión involuntaria de recuerdos positivos.
“, dicen. “ Por tanto, una intervención no invasiva basada en el sueño puede modificar los recuerdos aversivos y las respuestas afectivas. “, agregaron.
Sin embargo, es importante señalar que se trata de un experimento de laboratorio estrictamente controlado. Es posible que los resultados no se apliquen a experimentos reales. El equipo también especifica que ver imágenes aversivas en un entorno de laboratorio no tiene el mismo impacto que vivir una experiencia traumática en la vida real. Sin embargo, estos resultados ya constituirían una vía interesante para apoyar estrategias terapéuticas para el tratamiento de trastornos mentales vinculados a recuerdos traumáticos.
Fuente: PNAS
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