Transmite datos a través del hielo para navegar con más tranquilidad en aguas heladas y mapear zonas polares. Este es el objetivo del programa Subzerospace desarrollado conjuntamente por Kongsberg Discovery, la Universidad de Oslo, la Universidad Técnica NTNU, la NASA, el Instituto Polar Noruego, Sintef y Mustad Autoline.
En la base de este proyecto lanzado en 2021, existe la idea de encontrar una forma de comunicarse a través del hielo mediante sensores acústicos que puedan detectar y evitar de forma autónoma los peligros cercanos. Sería un gran paso adelante para la navegación en hielo que, a pesar de las cartas especializadas y el ojo entrenado de los marineros en el puente, todavía representa riesgos importantes.
Investigadores e ingenieros comenzaron su investigación de campo este verano visitando el glaciar Juvfonne, en el macizo noruego de Jotunheimen. Incluso en plena temporada de verano, este último permanece muy frío y permitió probar los sensores de Kongsberg, diseñados para un uso acuático pero ciertamente no glacial, en condiciones extremas. Los científicos cavaron un hoyo de 3,5 metros de profundidad en la nieve. Pudieron meter la mano en el hielo para colocar una pequeña instalación para enviar señales y un agujero en la pared de hielo debajo, ambos llenos de agua para permitir conexiones acústicas entre el equipo y el hielo.
Para poder mapear el hielo espeso mediante ondas de radio o tecnologías sísmicas o acústicas, y comunicarse de forma inalámbrica a través del hielo espeso, es necesario adaptar los equipos actuales. Por tanto, es necesario poder definir las características de absorción y difusión de las ondas a través de este elemento. Por ello, los científicos quieren poder desarrollar nuevos sistemas, algoritmos y protocolos de comunicación para poder utilizarlos, en particular, para la navegación, así como drones submarinos para realizar mapas bajo y a través del hielo.
Así, los científicos enviaron ondas de 200 Hz a 18 kHz para determinar la velocidad y la distancia de comunicación a través del hielo. Trabajaron mucho en la respuesta de frecuencia, la reverberación y el nivel de ruido ambiental. Encontraron buenos resultados con sensores cNODE y cPAP a una frecuencia de 10-15 kHz a una distancia de 40 metros. Pudieron observar que el uso de conexiones de fibra reforzada es posible en la capa de hielo con una mezcla de radiofrecuencias y comunicaciones acústicas que se extiende hasta aproximadamente 25 km en agua y hielo.
Estos prometedores resultados, así como los de otra expedición y pruebas de campo realizadas en el archipiélago de Svalbard el pasado mes de agosto, serán ahora analizados por los investigadores.
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