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Los perros de Chernobyl experimentan una rápida evolución, según un estudio

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Desde la explosión del reactor nuclear Chernóbil En 1986, la zona de exclusión que rodeaba el antiguo emplazamiento soviético se transformó en un auténtico laboratorio al aire libre. Un estudio científico reciente revela que los perros salvajes que viven en esta región exhiben sorprendentes diferencias genéticas en comparación con los que viven a unos diez kilómetros de distancia. Estos resultados plantean preguntas fundamentales sobre el impacto de la exposición prolongada a la radiación en la evolución de las especies.

Descendientes de perros dejados atrás

Durante la apresurada evacuación tras el desastre, muchas mascotas, incluidos perros, fueron abandonadas por sus dueños. Cuarenta años después, sus descendientes, ahora salvajes, sobreviven en este entorno hostil marcado por niveles de radiación aún elevados. Estos animales no son sólo reliquias de un drama humano, sino temas de estudio únicos para la cienciaque ilustra cómo una especie puede adaptarse, o incluso evolucionar, en un entorno extremo.

Científicos de la Universidad de Carolina del Sur y del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano analizaron recientemente el ADN de 302 perros salvajes viviendo en la zona de exclusión. Al comparar estos datos con los perros que viven en áreas cercanas no irradiadas, encontraron marcadas variaciones genéticaslo que sugiere una posible influencia de la exposición prolongada a la radiación.

Radiación o endogamia: un análisis complejo

Si estos intrigantes resultados sugieren que la radiación puede haber influido en la evolución de estos perros, los investigadores piden precaución. Allá endogamiaprovocada por el aislamiento de determinadas poblaciones caninas, también podría explicar estas mutaciones. Por el momento, no hay evidencia definitiva para concluir que la radiación sea la causa directa de estas diferencias genéticas.

No obstante, el estudio abre el camino a una investigación más profunda. Al ampliar la comparación con las poblaciones caninas que viven en entornos completamente desprovistos de radiación, los científicos esperan comprender mejor la influencia de la radiación en genomas de especies y su capacidad de adaptación.

Una región hostil que se ha convertido en un santuario de biodiversidad

La zona de exclusión de Chernóbil está lejos de ser un desierto árido. Privado de la presencia humana durante casi cuatro décadas, alberga una fauna diversa, que va desde lobos hasta pájaros y ranas. En 2016, un estudio ya había demostrado que ranas arbóreas (Hyla orientalis), generalmente verde, se había vuelto predominantemente negra en esta región. Los investigadores atribuyeron esta mutación a un aumento en melaninaun pigmento capaz de proteger a los organismos contra la radiación.

En este contexto, los perros salvajes de Chernobyl ofrecen una oportunidad única para estudiar la evolución de grandes mamíferos en un ambiente contaminado. Su resiliencia y capacidad de adaptación no sólo podrían enriquecer nuestra comprensión de las mutaciones genéticas, sino también inspirar la investigación sobre la supervivencia de las especies frente a desastres ambientales.

Una historia fascinante entre ciencia y resiliencia

A medida que se acerca el 40 aniversario del desastre, los perros de Chernóbil siguen cautivando a los investigadores y al público en general. Encarnan la complejidad de la interacción entre el hombre, la naturaleza y los desastres tecnológicos. A medida que continúen los estudios, estos animales bien pueden revelar valiosos secretos científicos sobre adaptación, evolución y supervivencia en un mundo donde lo inesperado sigue siendo una constante.

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