Confinada durante mucho tiempo a libros polvorientos y documentales austeros, la Historia ahora se ha apoderado de nuestras pantallas y de nuestra imaginación en formas mucho más lúdicas e inmersivas. Desde videojuegos de éxito como Assassin’s Creed, hasta reconstrucciones a tamaño real de batallas icónicas y espectaculares viajes en el tiempo en la ficción, el pasado nunca ha estado más presente en nuestro entorno cultural.
¿Deberíamos regocijarnos o deplorarlo? Ésta es la cuestión que exploraremos en este artículo, analizando estas formas nuevas, interactivas y creativas de descubrir la Historia. ¿Qué nos dicen realmente sobre los períodos y eventos representados? ¿Promueven una comprensión más detallada de las cuestiones y estilos de vida del pasado o, por el contrario, mantienen una visión fantasiosa y reduccionista del pasado?
Más allá de este debate, veremos sobre todo que esta relación desinhibida y placentera con la Historia suscita un entusiasmo creciente, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Una observación que nos invita a repensar la mediación histórica, para conciliar mejor el placer y el rigor en la transmisión de este patrimonio común. Porque manipular la Historia como un juguete es, al fin y al cabo, una forma de apropiarse de ella para comprender mejor el presente y aprehender el futuro.
Videojuegos históricos: sumergirse en el pasado de forma interactiva
Entre los vectores más populares de esta historia lúdica, los videojuegos ocupan un lugar especial.(1) Superproducciones como la serie Assassin’s Creed, que nos transporta del Renacimiento italiano al Egipto de los faraones pasando por la Revolución Francesa, hasta simuladores de estrategia como Civilization , que nos invitan a reproducir la historia de la humanidad, estos juegos atraen a millones de jugadores en todo el mundo.(2)
Su punto fuerte reside en la inmersión total en mundos históricos meticulosamente reconstruidos, que podemos explorar libremente y en los que nuestras acciones influyen en el curso de los acontecimientos. Al dar la impresión de caminar por las calles de un París revolucionario o codearse con grandes figuras del pasado, estos juegos ofrecen una experiencia viva y encarnada de la Historia.(3)
Pero esta inmersión tiene un precio: el de la simplificación, incluso del anacronismo histórico. La visión de la historia que transmite un juego como Civilization, por ejemplo, puede percibirse como muy occidentalista y lineal, borrando la complejidad de los procesos históricos en favor de una concepción sesgada del progreso.(4)
Una observación que exige un apoyo educativo a estas prácticas: contextualizando y cuestionando las representaciones transmitidas por estos juegos, podemos convertirlos en herramientas formidables para despertar la curiosidad de los jóvenes y llevarlos a una lectura más crítica de la historia.
Reconstrucciones históricas: vivir la historia a tamaño real
Otra forma de sumergirse en el pasado: las reconstrucciones históricas, cada vez más populares. Ya se trate de recrear grandes batallas (Waterloo, Austerlitz, etc.), recrear la vida de un campamento medieval o de un pueblo galo, estas iniciativas atraen a un público numeroso y variado, amantes de la historia o familias que buscan una actividad de ocio original.(5) )
Al permitir que las personas manejen objetos de época, se vistan trajes y experimenten concretamente formas de vida ancestrales, las reconstrucciones ofrecen un enfoque sensorial y humano de la historia, complementario al conocimiento de los libros. Dan carne y presencia a un pasado que a menudo se percibe como abstracto y distante.(6)
Pero aquí nuevamente surge la cuestión del rigor histórico. Entre los equipos, a menudo costosos de reproducir, y las adaptaciones necesarias a las limitaciones contemporáneas (seguridad, logística, etc.), las reconstrucciones oscilan entre la preocupación por la autenticidad y los compromisos lúdicos. Por no hablar de la parte de interpretación inherente a estas prácticas: al revivir el pasado, necesariamente damos una lectura subjetiva.(7)
Tantos aspectos a tener en cuenta para hacer de estas reconstrucciones verdaderas herramientas de descubrimiento histórico, y no simples parques de atracciones temáticos. Una vez más, la mediación es esencial: explicando las elecciones tomadas y las incertidumbres que quedan, invitando al público a cuestionar lo que se les muestra, podemos hacer de estos acontecimientos grandes soportes para una reflexión viva sobre el pasado.
Viaje ficticio en el tiempo: la historia como campo de juego narrativo
Más imaginarios pero no menos reveladores de nuestra relación con el pasado, los viajes ficticios en el tiempo son una parte esencial de nuestra cultura popular. Desde La máquina del tiempo de HG Wells hasta la serie Outlander, incluidas innumerables variaciones cinematográficas sobre el tema, la perspectiva de teletransportarse a otra época fascina e inspira.(8)
El atractivo de estas ficciones se debe en gran medida a la posibilidad que ofrecen de proyectarnos en un pasado familiar y exótico a la vez, de especular sobre la forma en que nuestra vida podría encajar en otro contexto histórico. También suelen jugar con la brecha entre nuestra perspectiva contemporánea y las mentalidades del período descrito, invitando así a una cierta relativización de nuestros puntos de referencia.
Porque más allá de su dimensión de evasión, estos relatos también pueden alimentar una reflexión sobre la manera en que percibimos e interpretamos el pasado. Al presentar personajes contemporáneos confrontados a las realidades de otra época, cuestionan la posibilidad misma de una comprensión objetiva de la historia, siempre dependiente de nuestro punto de vista situado.
Una vía a explorar para hacer de estas ficciones puro entretenimiento, pero también soportes para la discusión y el análisis crítico. Al alentar a los lectores o espectadores a decodificar las representaciones transmitidas, a ponerlas en perspectiva con el conocimiento histórico actual, podemos convertir estos viajes imaginarios en emocionantes herramientas de mediación.
Equilibrando placer y rigor en el descubrimiento lúdico de la historia
En última instancia, ya sea que adopten la forma de píxeles, trajes de época o historias fantásticas, estos usos lúdicos de la historia tienen en común que sacuden nuestra relación con el pasado.(1) Al invitarnos a entrar literalmente en la historia, a vivirla y reproducirlo en lugar de contemplarlo desde la distancia, abren nuevas vías para su transmisión y apropiación.(9)
Pero para que estos caminos sean verdaderamente fructíferos es importante no dejarlos únicamente en manos del imperio del entretenimiento y la ficción. Aquí es donde la mediación juega un papel clave: al apoyar y enriquecer estas prácticas, al vincularlas con el conocimiento histórico, al invitar a la gente a cuestionarlas, puede convertirlas en palancas formidables para despertar la curiosidad, desarrollar el pensamiento crítico y, en última instancia, construir una sociedad. una comprensión más fina y más encarnada del pasado.
Un enfoque aún más esencial en la era digital y en la profusión de contenidos, donde resulta crucial preparar a los ciudadanos, y en particular a los más jóvenes, para navegar de manera informada en el océano de representaciones históricas que se les ofrecen. En este sentido, el carácter lúdico aparece cada vez más como una puerta de entrada imprescindible a un descubrimiento exigente y vivo de la historia.(9)
En esta perspectiva, las instituciones patrimoniales tienen un papel importante que desempeñar. Lo han entendido bien muchos museos y sitios históricos que compiten en inventiva para ofrecer a sus públicos dispositivos interactivos e inmersivos, desde juegos de escape hasta recorridos de realidad aumentada.(10) Una tendencia que se profundizará en los próximos años gracias a los avances tecnológicos, pero también una creciente demanda social de modos de mediación más participativos y encarnados.
Manipular la historia como un juguete no significa necesariamente degradarla o simplificarla, sino quizás, paradójicamente, volver a darle carne y significado a los ojos del mayor número de personas. A condición de convertirlo en un juguete inteligente, un soporte para el cuestionamiento y el descubrimiento, en definitiva, una herramienta al servicio de una apropiación viva y crítica de este pasado que nos constituye. Un desafío estimulante para todos los narradores de historia del siglo XXI.
Ilustración: generada por IA – Flavien Albarras
Referencias
1-BAZILE, Julien, 2023. Videojuegos históricos: el pasado como patio de recreo En: GENVO, Sébastien y PHILIPPETTE, Thibault (ed.), Introducción a las teorías de los videojuegos. [en ligne]. Lieja: Presses universitaire de Liège. páginas. 433-442. Juego / Jugar / Spiel. ISBN 978-2-87562-406-2. [Consulté le 19 novembre 2024].
https://books-openedition-org.iepnomade-1.grenet.fr/pulg/26449?lang=fr
2-CAILLEBOTTE, Étienne, 2024. Videojuegos: cifras clave en Francia y en todo el mundo en 2024. BDM [en ligne]. 5 de abril de 2024. Disponible en: https://www.blogdumoderateur.com/chiffres-jeu-video/ [Consulté le 19 novembre 2024].
3-BOUTONNET, Vincent, 2018. Capítulo 8. Videojuegos e interpretaciones históricas: estudio de Assassin’s Creed. En: Pensamiento crítico, enseñanza de historia y ciudadanía. [en ligne]. El Boeck Superior. páginas. 131-141. [Consulté le 19 novembre 2024].
https://shs-cairn-info.iepnomade-1.grenet.fr/pensee-critique-enseignement-de-l-histoire–9782807315440-page-131?lang=fr
4-¿Pueden los videojuegos ser fieles a la Historia?, 2011. [en ligne]. Disponible en: https://www.lemonde.fr/week-end/article/2011/03/25/du-realisme-histoire-dans-les-jeux-video-de-strategie_1496219_1477893.html [Consulté le 19 novembre 2024].
8-PERSONNIC, Clément y KERNEC’H, Yannick, 2018. Poner en juego los viajes en el tiempo: la reapropiación del videojuego de un subgénero de la ciencia ficción. ReS Futurae. Revista de estudios de ciencia ficción [en ligne]. 19 de diciembre de 2018. N° 12. DOI 10.4000/resf.1696. [Consulté le 19 novembre 2024].
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