Un sorprendente suceso sacude la Estación Espacial Internacional
El sábado pasado, una nave de carga Progress 90, enviada por la agencia espacial rusa Roscosmos, se acopló al módulo Poisk de la Estación Espacial Internacional (ISS) para entregar cerca de tres toneladas de alimentos, equipos y combustible. Sin embargo, al abrir la escotilla se reveló un detalle inesperado: se detectó un olor inusual y gotas sospechosas, lo que desencadenó una serie de medidas de precaución.
Un olor sospechoso y acción inmediata.
Según la NASA, los cosmonautas rusos cerraron inmediatamente la escotilla que conecta el módulo Poisk con el resto del segmento ruso de la ISS. Se realizaron pruebas de calidad del aire, sin revelar datos preocupantes. Pese a estas seguridades, el incidente llamó la atención por las medidas de seguridad adoptadas: los tripulantes utilizaron equipos de protección e iniciaron un protocolo de purificación del aire.
La naturaleza exacta de este olor sigue siendo indeterminada, aunque algunas fuentes, en particular Ars Técnicainforman que podría tener características tóxicas. Una descripción lo compara con la de una “bomba de pintura en aerosol”, un detalle que podría indicar la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV).
Un fenómeno recurrente en los buques de carga rusos
No es la primera vez que incidentes técnicos afectan a las naves espaciales rusas Progress o Soyuz. En febrero de 2023, un carguero Progress sufrió una pérdida de presión en su sistema de refrigeración externo. Unos meses antes, en diciembre de 2022, una fuga de refrigerante en la cápsula Soyuz MS-22 provocó la cancelación del regreso a la Tierra de tres astronautas, prolongando su misión varios meses.
Estos acontecimientos plantean dudas sobre la fiabilidad de las máquinas rusas en un entorno donde cada detalle puede volverse crítico.
Lo que dicen los expertos: Por qué estos olores son preocupantes
En un entorno cerrado como el de la ISS, la calidad del aire es una cuestión vital. La contaminación química puede tener efectos inmediatos en la salud de los astronautas, como irritación respiratoria, dolores de cabeza o náuseas, según estudios de la Prensa de Academias Nacionales. Los compuestos orgánicos volátiles, por ejemplo, suelen ser responsables de olores fuertes y se controlan de cerca a bordo.
¿Una alerta sin mayores consecuencias?
Por ahora, la NASA asegura que el incidente está bajo control y que todas las operaciones se desarrollan con normalidad. Sin embargo, aún queda por aclarar el origen del olor y de las gotitas observadas. Este tipo de incidente es un recordatorio de los continuos desafíos técnicos que enfrentan las agencias espaciales para mantener la seguridad a bordo de la estación orbital.
Con este episodio, las miradas se vuelven a poner en la cooperación internacional y en el rigor necesario para garantizar la viabilidad de las misiones espaciales. Si el incidente parece menor, plantea dudas sobre la prevención de riesgos en el espacio, donde la anticipación sigue siendo la clave para la supervivencia.
Fuentes científicas:
- Prensa de Academias Nacionales, Seguro en órbita: gestión de la calidad del aire en naves espaciales2010.
- Agencia Espacial Europea (ESA), Monitoreo del aire en la ISS2021.
- NASA, Descripción general de los sistemas de control ambiental y soporte vital2022.
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