¿Quién hubiera pensado que una simple prueba de ADN para descubrir su origen llevaría a la solución de un asesinato de hace 25 años? Eso es lo que le pasó a Jenna Rose, una joven que descubrió que su abuela estuvo involucrada en la muerte de un bebé recién nacido.
El 26 de junio de 1997, un recién nacido sin vida, apodado “Baby Garnet”, fue encontrado en el baño de un campamento en Garnet Lake, California. El impactante descubrimiento fue noticia en ese momento, pero la investigación no llegó a ninguna parte, hasta hoy, cuando la tecnología del ADN ha proporcionado una revelación sorprendente.
Según la autopsia, el recién nacido tenía entre 36 y 42 semanas. A pesar de una intensa investigación y llamamientos a testigos, el caso fue desestimado y “Baby Garnet” se convirtió en un símbolo trágico de un crimen que quedó impune.
El caso se reabrió dos décadas después
En 2017, el caso se reanudó. La policía de Michigan, en colaboración con el FBI y un laboratorio privado, utilizó métodos avanzados de ADN para iniciar una búsqueda genealógica. En 2020, el análisis de los restos de “Baby Garnet” permitió establecer un perfil genético completo en 2022.
Fue gracias a una prueba de ADN que el caso dio un giro decisivo. Hace dos años, Jenna decidió pedir un kit de ADN después de que un amigo recibió uno por Navidad. Un año después, recibe una llamada misteriosa. “Un policía estaba al teléfono. Me preguntaba qué había hecho”, recuerda. La policía le dijo que su ADN coincidía con el de la víctima en un caso de hace 25 años.
La investigación reveló que la víctima, “Baby Garnet”, era en realidad la tía de Jenna. La niña era hija de su abuela, Nancy Gerwatowski. Esta conexión fue confirmada mediante pruebas adicionales. “Nunca conocí a mi abuela”, afirma la joven en su vídeo que se ha vuelto viral.
La verdad sale a la luz.
Nancy Gerwatowski finalmente admitió ser la madre del recién nacido fallecido. Según los informes, dio a luz sola en 1997 en su casa de Newberry, Carolina del Sur. Los investigadores creen que el bebé murió por asfixia durante el parto. En lugar de buscar ayuda, decidió esconder el cuerpo en un campamento.
Nancy Gerwatowski, que ahora tiene sesenta años, está acusada de asesinato y de ocultar un cadáver. Si es declarada culpable, se enfrenta a cadena perpetua.
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