El 5 de noviembre, científicos japoneses lanzaron al espacio el primer satélite de madera. Quieren probar la resistencia de la madera como material de construcción renovable para la exploración de la Luna o Marte.
Hecho de madera de magnolia, el LignoSat del tamaño de una palma fue desarrollado por la Universidad de Kyoto y la empresa constructora Sumitomo Forestry.
Será transportado a la Estación Espacial Internacional a bordo de una misión SpaceX y luego puesto en órbita a unos 400 kilómetros sobre la Tierra el próximo mes.
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Una vez desplegado, LignoSat permanecerá en órbita durante seis meses. Los componentes electrónicos a bordo medirán la resistencia de la madera al ambiente extremo del espacio.
Foto: Reuters / Irene Wang
Aaron Boley, codirector del Instituto del Espacio Exterior de Vancouver, dijo que LignoSat podría demostrar que la madera es una alternativa más sostenible a los materiales de uso común.
Dijo que la madera sería menos contaminante que la mayoría de los satélites, que están diseñados para quemarse en la atmósfera al final de su vida útil, depositando materiales en la atmósfera que podrían ser dañinos.
La observación prevista por el proyecto LignoSat:
- Resistencia de la madera a temperaturas que fluctúan de -100 a 100°C cada 45 minutos (transición de la oscuridad a la luz del sol)
- La capacidad de la madera para reducir el efecto de la radiación espacial sobre los semiconductores.
De satélites a hogares extraterrestres
Aaron Boley cree que es importante probar la resistencia de los materiales naturales en el espacio, con miras a la ocupación humana a largo plazo en otros lugares además de la Tierra.
Stavros Avramidis, director del departamento de ciencias de la madera de la Universidad de Columbia Británica (UBC), destaca que la madera es un aislante natural y permite un mejor control de la temperatura y la humedad que otros materiales como el metal o el hormigón.
Construir estructuras para albergar a personas durante largos períodos de tiempo es un objetivo que se podría lograr utilizando madera.
Según Stavros Avramidis, el principal desafío que podrían enfrentar los ingenieros sería la descomposición de la madera debido a la radiación, como los potentes rayos X y gamma emitidos por el sol.
Al anunciar este proyecto de satélite de madera, Aaron Boley recordó que, a pesar de la posible reducción de la contaminación cuando los satélites se queman en la atmósfera, es necesario ponerlos en órbita. Según él, los gases de escape de los cohetes Impacta el clima global al calentar la estratosfera donde se encuentra la capa de ozono.
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Con información de Michelle Gómez y Reuters
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