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El Ministerio de las Fuerzas Armadas quiere tener capacidad para “captar” objetos espaciales “peligrosos” en órbita baja

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De acuerdo con la estrategia espacial de defensa, publicada en 2019, la Ley de Programación Militar [LPM] 2024-30 convierte en una prioridad el desarrollo de medios de acción en el espacio. Y esto pasa primero por renovar las capacidades de vigilancia, con la sustitución del sistema GRAVES. [Grand Réseau Adapté à la VEille Spatiale] por el radar Aurore, que permitirá al Comando Espacial [CdE] para “ver ciertas cosas que nuestros socios europeos no ven”, según el general Jérôme Bellanger, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea y Espacial [CEMAAE].

Luego, como parte del programa ARES [Action et résilience spatiale]se trata de desarrollar una capacidad de “mando y control” [C2] dedicado a operaciones espaciales. Este proyecto, llamado Astreos, deberá contar con una supercomputadora para el procesamiento masivo de datos de vigilancia espacial. Será implementado por el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo de Operaciones Espaciales del CDE [C4OS] a partir de 2025.

El desafío es poder catalogar los 50.000 a 60.000 objetos espaciales en órbita, identificar posibles acciones maliciosas con el apoyo de la inteligencia artificial y, si es necesario, poder contrarrestar un ataque en el espacio.

De ahí la necesidad de disponer de medios de intervención. Así, LPM 2024-30 prevé el desarrollo de dos demostradores láser, a saber, BLOOMLASE [aveuglement des satellites d’observation adverses depuis le sol] y LLAMA [capacité de neutraliser un satellite en orbite au moyen d’une arme à énergie dirigée].

Además, como parte del proyecto EGIDE [Engin géodérivant d’intervention et de découragement]la Dirección General de Armamento ejecuta los programas YODA [Yeux en Orbite pour un Démonstrateur Agile]cuyo objetivo es colocar dos nanosatélites de “vigilancia de patrulla” en una órbita casi geoestacionaria, y ALLATIS [Test en Orbite d’Utilisation de Techniques d’Action contre les Tentatives d’ingérences Spatiales] para operaciones en órbita baja.

Pero es cuestión de ir más allá. De hecho, el 18 de noviembre, la Agencia de Innovación de Defensa [AID] notificó a la empresa Dark, especialista en defensa espacial, la tarea de realizar el estudio “Salazar”. Se trata de simular, “a través de un conjunto de modelos digitales” que ha desarrollado, misiones para “capturar objetos espaciales peligrosos en órbita baja”.

“La solución desarrollada por Dark está diseñada para garantizar misiones de defensa espacial en situaciones de emergencia con alta disponibilidad operativa. Tiene un sistema de acceso al espacio de varias etapas capaz de llegar rápidamente a un punto específico de la órbita, evitando al mismo tiempo las limitaciones climáticas y ciertos tipos de transferencias orbitales. Su etapa final está equipada con un módulo robótico dedicado a la captura de objetivos”, desarrolla la AID en su nota de prensa.

Por su parte, Dark precisa que la simulación que se le solicita debe reproducir “todas las etapas del funcionamiento de Interceptor, el primer sistema de emergencia” que desarrolló para “capturar objetos peligrosos” en órbita.

Y agregó: “La simulación de Salazar coordina varios modelos digitales que rastrean el progreso operativo del Interceptor, desde la fase de preparación del terreno hasta la interceptación, captura y regreso del objeto desde la órbita. Salazar no sólo ofrece a los futuros usuarios una visión de los resultados potenciales, sino que también permite adaptar las tecnologías futuras en función de esta retroalimentación”.

El estudio de Salazar permitirá “probar la viabilidad de transferir y maniobrar cargas útiles en órbita, contribuyendo así a misiones de caracterización de situaciones críticas así como a operaciones de vigilancia y respuesta ante posibles intentos de interferencia espacial”, especifica la AID. Su objetivo principal es preparar una capacidad de intervención en órbita baja para después de 2030.

Foto : OSCURO

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