Fue mientras observaba a los limpiacristales en una cesta mientras estudiaba que Sébastien Méthot-Thibault tuvo la idea de fundar una empresa de limpieza de cristales con drones en Quebec.
“Mirándolos, pensé que debía haber una mejor manera de limpiar ventanas en altura de manera más segura. En Estados Unidos se producen 1.000 accidentes al año que involucran a un limpiador de ventanas”, explica el director general de Nettoyage Windo.
Con su socia, Émilie Normand, compró un dron en el que pudo instalar todo lo necesario para la limpieza, incluido un cañón de presión.
Cuando llega a la casa de un cliente, en su mayoría propietarios de edificios de condominios, se conecta a la fuente de agua del edificio. El agua pasa por un sistema de desmineralización antes de entrar en el cañón del dron mediante una manguera.
A continuación, Sébastien o Émilie ponen en marcha el dron y empiezan a limpiar los cristales uno tras otro. Además, para sus tareas utilizan un jabón especial, diseñado por una empresa de Quebec.
“Utilizamos estos productos especiales para evitar dejar marcas en la ventana una vez finalizado el secado”, añade Méthot-Thibault.
El dron de la empresa Windo puede funcionar en edificios de 20 pisos o menos.
Foto Agencia QMI, JOEL LEMAY
Grandes ahorros
La industria de la limpieza de cristales existe desde hace varias décadas. Todavía podemos ver a un empleado de una empresa lavando el cristal de un negocio con una escobilla de goma y un cepillo de limpieza.
Todavía hay empresas que limpian las ventanas de grandes edificios con una grúa. Windo cree que con su concepto podrá hacerse con un lugar envidiable en este sector de actividad, sobre todo por sus precios.
“Nuestros precios son entre un 30 y un 50 % más baratos que los de nuestra competencia”, indica Sébastien Méthot-Thibault. Nos especializamos en edificios de difícil acceso”.
Otro punto interesante es que gracias a los conocimientos adquiridos en la Escuela de Tecnología Superior (ÉTS), los dos socios pueden actualizar su sistema por sí solos.
“Pagamos una fracción del precio y todavía podemos ir un paso por delante”, explica Émilie Normand. Tenemos el control de la tecnología y podemos personalizarla según nuestras necesidades”.
El futuro es la IA
El dúo de jóvenes emprendedores tiene grandes ambiciones para su empresa. Además de construir una base sólida de clientes, les gustaría automatizar sus servicios.
Esta es el área de especialización de Émilie, que actualmente realiza un máster en inteligencia artificial en la ÉTS.
“Uno de nuestros proyectos es automatizar el dron para no necesitar un empleado para pilotarlo”, explica. No hay muchos pilotos y los que sí piden grandes sueldos.
“También notamos que la precisión no era constante de un piloto a otro”.
Con un dron “inteligente”, cree que el trabajo realizado podría satisfacer a sus clientes.
A largo plazo, les gustaría expandirse con franquicias en todo Quebec. Sin embargo, no se trata de saltarse pasos.
¿Tiene alguna información para compartir con nosotros sobre esta historia?
Escríbanos a o llámenos directamente al 1 800-63SCOOP.
Related News :