Células de hámster capaces de realizar fotosíntesis: esto podría transformar la medicina. Un equipo japonés logró esta hazaña, abriendo perspectivas para órganos y tejidos artificiales.
El experimento se basa en un elemento clave: los cloroplastos. Estos orgánulos, presentes en las plantas, convierten la luz solar en energía utilizable por la célula. Hasta ahora se pensaba que sólo podían funcionar en células vegetales. Los investigadores deluniversidad de Tokio cuestionó esta hipótesis implantando cloroplastos de algas rojas en células de hámster.
Los resultados son asombrosos. Los cloroplastos no sólo sobrevivieron, sino que también mantuvieron la actividad fotosintética durante dos días, produciendo oxígeno dentro de las propias células animales. Esta autonomía energética es un logro, porque las células animales suelen depender de las mitocondrias para crear energía. Para medir esta actividad, los científicos utilizaron una luz especial para observar la fluorescencia de la clorofila, lo que indica que la fotosíntesis tuvo lugar. Este avance podría resolver un problema crítico: el crecimiento de tejidos artificiales en el laboratorio a menudo se ve obstaculizado por la falta de oxígeno, especialmente en capas más profundas.
Estas células híbridas podrían, mediante la fotosíntesis, producir su propio oxígeno, permitiendo así cultivar tejidos más grandes y funcionales, como órganos o piel. El profesor Sachihiro Matsunaga, que dirige el estudio, subraya que la inspiración proviene de la naturaleza: algunos organismos marinos ya viven en simbiosis con algas para obtener oxígeno y nutrientes.
Las aplicaciones son prometedoras. En ingeniería de tejidos, esta tecnología no sólo podría reducir la dependencia de sistemas de soporte externos, sino también acelerar la producción de carne u órganos artificiales en el laboratorio. De este modo se podrían crear tejidos biológicos más fácilmente y con mayor huella ecológica menor.
El equipo de investigadores tiene previsto continuar su trabajo para comprender las interacciones entre las células animales y los cloroplastos. El camino está abierto para la biotecnología sostenible, que combina armoniosamente dos mundos antes incompatibles: el de las plantas y el de los animales.
¿Qué es un cloroplasto?
El cloroplasto es un organos esencial para las células vegetales y las algas, responsable de la fotosíntesis. Es en este orgánulo donde se capta la luz y se convierte en energía química, lo que permite a las plantas producir glucosa, su fuente de energía.
Este proceso es posible gracias a la clorofila, el pigmento verde presente en los cloroplastos. La clorofila captura la energía luminosa y desencadena reacciones químicas que transforman el agua y el dióxido de carbono en glucosa y oxígeno. Este último se libera a la atmósfera, aspecto vital para respiración de la mayoría de los seres vivos.
Los cloroplastos se consideran descendientes de las cianobacterias, un grupo de bacterias fotosintéticas. Este origen evolutivo, a través de un fenómeno de simbiosis antigua, explica por qué los cloroplastos contienen su propio ADN, distinto del de la célula huésped.
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