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Acoso a desarrolladores de videojuegos: una crisis invisible

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Hoy abordamos un tema que me toca especialmente: el acoso de los desarrolladores por parte de los jugadores. Un fenómeno cada vez más frecuente, que afecta a todas las profesiones de la industria y que se ha vuelto aún más común desde el Gamergate.

Gamergate es una serie de polémicas nacidas durante el mes de agosto de 2014 que evolucionaron hasta convertirse en una campaña de acoso sexista contra mujeres periodistas y desarrolladoras. Fue una época que cristalizó y puso de relieve la violencia online contra los trabajadores del sector de los videojuegos y está claro que las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Si los juegos generan debates, lo que menos nos damos cuenta es que estas críticas muy a menudo van más allá del marco del debate para convertirse en campañas de odio y acoso.

Tomemos un ejemplo destacado de la industria: Ubisoft. Cuando algunos juegos como Assassin’s Creed Valhalla o Muy lejos 6 no cumplió con las expectativas de los jugadores, los desarrolladores recibieron amenazas de muerte e insultos en sus redes sociales.

En las plataformas, muchos jugadores piden boicotear los juegos de Ubisoft, ya sea porque sienten nostalgia de licencias antiguas como Rayman o la primera. Credo de asesinoso porque el supuesto deseo de Ubisoft de representar a varios personajes enojados.

Pero también son los niveles menos visibles los que sufren: los community managers, por ejemplo, estos puentes entre el público y el equipo de desarrollo, están en primera línea. Su función, que es recibir comentarios de los jugadores, a menudo se convierte en una pesadilla cuando se ven abrumados por mensajes de odio.

El caso «The Las of us Part II»

Otro caso particularmente revelador es el de El último de nosotros Parte IIun juego aclamado por su audaz narración, pero que dividió a parte del público. La actriz Laura Bailey, que presta su voz y rostro al personaje de Abby, también fue víctima de acoso. En Twitter, compartió capturas de pantalla de horribles mensajes deseándole la muerte a ella y a su familia. Todo porque a algunos jugadores no les gustó el papel de Abby en el juego.

Un ataque colectivo a la creatividad

No olvidemos que el acoso tiene un impacto devastador en la salud mental de los equipos de desarrollo. El agotamiento está aumentando en la industria, impulsado tanto por la presión interna, vinculada a plazos ajustados, como por la presión externa, alimentada por el odio en línea.

Entonces, ¿qué hacer ante este flagelo? Muchos estudios están empezando a tomar medidas. En Ubisoft, se está haciendo un esfuerzo para proteger a los empleados limitando su exposición pública y fortaleciendo la moderación en las redes sociales. Pero eso no es suficiente. Es crucial que las propias plataformas, como Twitter, Instagram y Discord, asuman sus responsabilidades e intervengan de manera más efectiva para prevenir estas campañas de acoso.

Por nuestra parte, como jugadores, también debemos tomar conciencia del ser humano que hay detrás de cada videojuego. Si no nos gusta un juego, no tiene sentido insultar a los padres de los desarrolladores. Además, los empleados del estudio no son quienes toman las decisiones sobre la dirección que toman los juegos. La mayoría de las veces, son los directivos y accionistas quienes mueven los hilos.

Recuerda que cada título representa miles de horas de trabajo, pasión y, en ocasiones, enormes sacrificios personales. Los trabajadores de los videojuegos, como todos los demás, merecen respeto.

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