Crece el descontento entre los trabajadores del sector de los videojuegos
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Crece el descontento entre los trabajadores del sector de los videojuegos

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En Francia y en el extranjero, las huelgas y los despidos aumentan en los estudios de videojuegos.

Los empleados de los estudios de videojuegos franceses volvieron a la huelga esta semana para protestar por sus condiciones laborales, mientras aumentan la preocupación y la ira en la industria, que se ha visto afectada por oleadas de despidos en todo el mundo durante dos años.

El lunes por la mañana, una decena de personas se congregaron a la entrada del estudio Spiders en Ivry-sur-Seine, en la región parisina. Entre ellos se encontraban empleados de la empresa, pero también de otros estudios como Kylotonn, también en huelga, ambos pertenecientes a la editorial francesa Nacon.

“Acumulación de problemas”

“Desde hace años se acumulan problemas”, lamenta Antoine, diseñador de Spiders y miembro del comité de acción, que no ha querido dar su apellido.

Denuncia “una desorganización de los horarios” que conduce a una sobrecarga de trabajo y “un riesgo importante de burn-out”, mientras que el próximo juego del desarrollador, Greedfall II: El mundo moribundoEstará disponible en acceso anticipado el 24 de septiembre.

A finales de agosto, 43 trabajadores del estudio, que cuenta con 96 empleados, firmaron una carta abierta en la que denunciaban sus condiciones de trabajo. El sector, que emplea entre 10.000 y 12.000 personas en Francia, se ve especialmente afectado por la caída de las inversiones.

Emblemático ejemplo de estas dificultades, el estudio lionés Mi-Clos cerró en abril tras diez años de existencia y seis juegos, dejando a una treintena de empleados sin trabajo.

En Spiders, la huelga no se levantó el jueves por la noche, a pesar de una reunión celebrada durante el día con la dirección y de que se consiguieron “concesiones” en materia salarial y de teletrabajo, según un delegado del Sindicato de Trabajadores de Videojuegos (STJV). La dirección deploró el bloqueo y achacó la “posición radical” del STJV.

“Madurez”

Esta movilización no es ni mucho menos la primera del año. El 14 de febrero, el gigante francés Ubisoft vivió la mayor huelga de la historia del sector, con 700 empleados que dejaron de trabajar, en particular para reclamar aumentos salariales, según los sindicatos.

“La gente empieza a darse cuenta de que estos medios de acción existen y son legítimos”, señala Pierre-Etienne Marx, representante de STJV en Ubisoft, que espera un “efecto dominó” en los próximos meses.

Lamenta, sin embargo, que esta movilización del gigante francés de los videojuegos “no haya tenido ninguna respuesta por parte de la dirección”.

Creado en 2017, el STJV, el principal sindicato de los trabajadores del videojuego, está hoy presente entre la mayoría de los desarrolladores franceses.

“Es una industria que nació en el neoliberalismo”, afirma Marx, y en la que el “crunch” (un periodo de trabajo intenso que precede al lanzamiento de un juego, nota del editor) todavía es muy común.

En febrero, la sección sindical STJV de DON'T NOD expresó su preocupación por el “caos ambiental” en este estudio francés, citando “riesgos psicosociales” ante “plazos que cambian muy frecuentemente” y “una reorganización difícil”.

Para Stéphane Rappeneau, profesor de economía de los videojuegos en la Sorbona, el aumento de estas movilizaciones es un signo de “una madurez del sector”. “El mundo de los videojuegos está tomando conciencia de que no se puede hacer un juego sin empleados”, considera.

Movimiento mundial

Sin embargo, “esto no cambiará la dificultad de equilibrar la ecuación económica” entre un mercado que evoluciona muy rápidamente y unos tiempos de desarrollo que pueden durar varios años. “El conflicto social es una consecuencia directa de las dificultades económicas del sector”, afirmó.

A nivel mundial, la industria de los videojuegos ha despedido a más de 11.500 personas desde enero, según el sitio web Game Industry Layoffs, después de haber despedido a más de 10.000 personas en 2023.

A raíz de estos recortes de empleo, la industria está recurriendo a los sindicatos como nunca antes. En el Reino Unido, la filial de videojuegos del sindicato de trabajadores independientes de Gran Bretaña (IWGB) ha experimentado un aumento del 37% en su afiliación desde principios de año.

En Estados Unidos, donde aparecieron los primeros sindicatos en 2022, el movimiento está cobrando impulso. En marzo, casi 600 empleados del departamento de control de calidad de Activision, propiedad de Microsoft, formaron el sindicato más grande del sector al otro lado del Atlántico.

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