Si la empresa Tupperware acaba de estar al borde de la quiebra, una cosa es segura: su nombre probablemente no abandonará el lenguaje cotidiano. Durante décadas, este es el nombre con el que muchos nos hemos referido a cualquier contenedor de almacenamiento, incluso cuando proviene de otra marca. Además, algunas de estas cajas también llevan décadas guardadas en los armarios de nuestra cocina, donde las utilizamos una y otra vez sin preocuparnos por los posibles riesgos.
Porque existe un peligro, nos explica el HuffPost: dependiendo del tipo de plástico utilizado, no todos los recipientes para almacenar alimentos tienen la misma vida útil, lo que puede tener consecuencias para nuestra salud. Para saber de qué están hechas tus cajas, observa las pequeñas notas que probablemente tengan grabadas: deberías encontrar un triángulo en cuyo centro hay un número entre 1 y 7.
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¿Cien usos?
Si el número en cuestión es un 2, un 4 o un 5, puedes respirar: estos números designan respectivamente el polietileno de alta densidad (HDPE), el polietileno de baja densidad (LDPE) y el polipropileno (PP), tres componentes considerados seguros y reutilizables. Si aparece otro número, es mejor tirarlo todo a la basura sin hacer demasiadas preguntas.
Las marcas que ofrecen cajas para guardar alimentos son cada vez más confiables: los expertos indican que ya no es necesariamente imprescindible comprar exclusivamente en Tupperware o Rubbermaid, que alguna vez fueron referencias absolutas. Por otro lado, se recomienda encarecidamente deshacerse de todos los contenedores que datan de hace más de diez años, incluso cuando parezcan estar en perfecto estado.
Antes de la década de 2010, algunas marcas importantes todavía utilizaban bisfenol A, una sustancia química capaz de filtrarse en los alimentos y favorecer el desarrollo de hipertensión arterial, diabetes tipo 2 o determinadas enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, en marzo de 2010, Tupperware anunció que había dejado de utilizar este tipo de compuestos químicos para fabricar sus envases. Otras marcas importantes hicieron lo mismo en los años siguientes.
Por otro lado, aunque tus cajas sean más recientes, debes dejar de utilizarlas en cuanto aparezcan manchas permanentes, olores persistentes o incluso rayones, signos de degradación del plástico. En el caso de los contenedores intactos, los especialistas explican que no existe un plazo oficial tras el cual deban ser reemplazados, pero indican que se debe limitar el número de usos. De hecho, los recipientes de plástico aptos para uso alimentario no deben colocarse en el lavavajillas ni lavarse con agua caliente más de cien veces.
Además, el uso del lavavajillas acelera la degradación de los envases de plástico. Para aumentar su longevidad, los expertos aconsejan favorecer el lavado de manos, teniendo cuidado de no rayarlas; Si aún quieres utilizar tu lavavajillas, elige el cesto superior, que no se calienta tanto como el inferior.