Si eres de esas personas que, a partir del mes de noviembre, se impacientan ante la idea de poner su árbol de Navidad y decorar la casa para las fiestas de fin de año, puede ser que seas narcisista. En cualquier caso, ésta es la teoría de algunos científicos.
Como dijo la psicóloga Dra. Carmen Harra al Daily Mail, esta anticipación delata emociones ocultas y tendencias de comportamiento subconscientes, incluido el narcisismo.
“Aunque técnicamente no padecen un trastorno narcisista de la personalidad, hay muchas personas que son egocéntricas”, asegura el Dr. Harra. Los narcisistas experimentan una gran satisfacción cuando son el centro de atención. “Por eso tiene sentido que quieran transformar toda la casa en un mágico mundo invernal del que se beneficie todo el vecindario”, explica la psicóloga.
Según el Dr. Harra, decorar con antelación también es potencialmente una forma de llenar un vacío y ayuda a crear la imagen de una familia ideal, digna de un cuento de hadas. “Las discusiones familiares son completamente normales, pero algunas personas sienten la necesidad de ocultar lo que sucede en su casa en noviembre con luces y guirnaldas”, añade el Dr. Harra.
Amy Morin, psicoterapeuta y autora estadounidense, tiene una teoría completamente diferente. Para ella, decorar para Navidad despierta nostalgia. “Muchas personas asocian la Navidad con una época mágica de la infancia, llena de recuerdos felices”, explica al “Daily Mail”.
Explica que mucha gente empieza temprano a recuperar la magia de la Navidad. “Cuanto antes decoremos, más durará la temporada festiva y más tiempo tendremos para recordar los buenos recuerdos y pensar en las cosas positivas del mundo”.
El psicoanalista británico Steve McKeown también cree que las personas que empiezan a decorar sus casas temprano para la temporada navideña quieren hundirse en la nostalgia. Pero va aún más lejos en su teoría: “Es probable que no vivieran las celebraciones navideñas en su infancia y que estén tratando de compensar esta falta”, explica.
