Para el Día Mundial del Videojuego, sumérgete en el mundo de los creadores 3D con Ophélie Eygrier. Experiencia técnica y artística que da forma a personajes icónicos, más allá de las pantallas.
Con motivo del Día Mundial del Videojuego, Olivier Devic da la bienvenida a Ophélie Eygrier, artista 3D especializada en la creación de personajes. Formada en la escuela Créajeux de Nimes, Ophélie cuenta cómo su pasión por el dibujo y los videojuegos la llevaron a hacer carrera en este sector en auge. Comparte los secretos de su profesión y analiza la dimensión social y cognitiva de los videojuegos.
Una profesión artística y técnica.
Ophélie Eygrier ha optado por especializarse en la creación artística de personajes, un proceso creativo y meticuloso. “Crear un personaje puede llevar mucho tiempo, cada detalle cuenta”, explica. En su equipo, los compañeros se centran en aspectos muy concretos, como el modelado del cabello, una tarea que requiere experiencia y paciencia. Mientras que algunos artistas combinan hábilmente arte y programación, Ophélie prefiere centrarse en el aspecto visual y creativo.
Videojuegos: un poderoso vínculo social
Contrariamente a la creencia popular, los videojuegos no son sinónimo de soledad. Ophélie destaca su dimensión social: “Podemos jugar con gente de todo el mundo o incluso con amigos lejanos. Los eventos de videojuegos también reúnen a miles de personas, como las competiciones de League of Legends”. Esta conectividad demuestra que los juegos van más allá de la pantalla para crear comunidades vibrantes.
Los beneficios de los juegos en el cerebro
Ophélie también analiza los efectos positivos de los videojuegos en la mente. “Ciertos juegos mejoran la concentración y el pensamiento crítico”, explica. Los juegos de simulación y estrategia son ejercicios mentales beneficiosos, mientras que otros permiten descomprimir. En cuanto a la cuestión de los juegos violentos, la pone en perspectiva: “La violencia en los medios existe desde hace mucho tiempo, y no es el videojuego en sí lo que vuelve violenta a la gente, sino el estado de ánimo preexistente de la persona”.
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