Sí, un testamento escrito en un paquete de alimentos es válido. Al menos eso es lo que decidió esta semana el Tribunal Superior, uno de los tribunales más importantes del Reino Unido. Poco antes de acabar con su vida en 2021, Malcolm Chenery escribió sus últimos deseos dentro de una caja de pescado empanizado que previamente había roto. Al quedarse sin espacio, el hombre recurrió a un paquete de pasteles para continuar escribiendo.
En su testamento, el británico afirma que quiere dejar su fortuna de 180.000 libras (202.000 francos) a una asociación de ayuda a los diabéticos, ya que miembros de su familia han fallecido por complicaciones de esta enfermedad. Malcolm especificó en sus últimas voluntades que no deseaba dejar nada a sus hermanas y sobrinas, ya que sus relaciones con ellas habían sido tensas durante mucho tiempo.
Al querer validar el testamento, la Asociación Británica de Diabéticos (BDA) encontró varios obstáculos, ya que las dos “páginas” del texto estaban escritas en envases diferentes, explica Metro. Si los vecinos actuaron como garantes firmando la segunda página del testamento, no vieron la primera, en la que el británico decía que quería legar su casa y su contenido a la caridad. Sam Chandler, representante de la BDA, aseguró que miembros de la familia del fallecido apoyaron la petición de la asociación.
“Ambas páginas están escritas con la misma pluma. Esto parece indicar que fueron escritos al mismo tiempo”, argumentó. “El tribunal no debería dudar en fallar a favor de este documento, compuesto por dos trozos de cartón. “La sucesión intestada iría en contra de las intenciones del testador”, añadió. La jueza Katherine McQuail falló a favor de la BDA. “Su familia no era cercana (a él) y no hubiera querido que su propiedad le regresara. El documento fue claramente diseñado como un testamento”, dijo.