¿Gotas primitivas estabilizadas por la lluvia? Esta podría ser la clave para el surgimiento de la vida. Nuevos estudios exploran esta sorprendente hipótesis.
La formación de las células modernas, verdaderas fábricas microscópicas, se basa en membranas sofisticadas. Pero las estructuras primordiales, llamadas protocélulas, eran mucho más simples y vulnerables.
Los científicos creen que en la Tierra primitiva surgieron formas de vida rudimentarias: vesículas y coacervados. Las vesículas, pequeñas burbujas de lípidos, proporcionaban protección a moléculas vitales, pero carecían de proteínas para regular los intercambios.
Los coacervados son gotitas sin membrana que facilitan reacciones químicas pero están expuestas a un ambiente caótico. Su naturaleza abierta planteaba un riesgo de dispersión de moléculas esenciales.
El problema científico consistió en comprender cómo estas estructuras primitivas fueron capaces de mantener su integridad el tiempo suficiente para iniciar procesos evolutivos. Una nueva hipótesis destaca una actor inesperado: el agua lluvia.
Colocados en agua desionizada, los coacervados expulsan iones, formando una fina “piel” en su superficie. Esta malla estabiliza la gota, impidiendo su fusión con otros y permitiendo preservar moléculas como el ARN.
Los investigadores sugieren que esta estabilización habría permitido a las primeras células concentrar su material genético. En experimentos con agua pura, los coacervados mantuvieron su ARN durante varios días, mientras que en agua ionizada se dispersaron en segundos.
Esta hipótesis podría guiar la investigación sobre la vida en otros lugares: entornos similares podrían promover la estabilidad de las células primitivas, incluso fuera de la Tierra.
¿Qué es un coacervado y su papel en el origen de la vida?
Un coacervado es una gotita formada por el ensamblaje de moléculas orgánicas, como ácidos nucleicos y péptidos, sin membrana protectora. Esta estructura permite un fácil intercambio de materialespromoviendo reacciones químicas necesarias para la vida primitiva.
Los coacervados se consideran candidatos potenciales para las primeras formas de vida porque pueden concentrar moléculas esenciales y al mismo tiempo crear un entorno propicio para el surgimiento de procesos metabólicos y la replicación de moléculas, como el ARN.