La discreción claramente no estaba en las especificaciones de Xiaomi, que no duda en dar sus credenciales al adjetivo reluciente. Pulida como un espejo, muy reveladora de huellas dactilares, la parte posterior de los auriculares se traga casi por completo el diseño general.
Después de este primer shock, está claro que se impone un cierto pragmatismo. Los OpenWear Stereo no son ni los auriculares supraaurales más pequeños ni los más grandes, y se benefician de un diseño bastante elegante. El plástico utilizado es más denso de lo que uno podría creer en un principio, mientras que el uso de un vástago de aleación de titanio y níquel para las patillas proporciona una cierta sensación de seguridad. Por otro lado, el Xiaomi hace lo mínimo en cuanto a resistencia a la intemperie con una sencilla certificación IP54. Lamentablemente, este grado de seguridad es bastante habitual en este tipo de auriculares, ya que la gran apertura de la arquitectura de audio sigue siendo un obstáculo para un diseño resistente al agua.
En cuanto a la comodidad, uno de los únicos fallos del producto es su peso, que roza los 10 g por auricular (9,6 g), ligeramente superior al OpenFit Air (8,4 g). Asimismo, el revestimiento de los auriculares es un poco menos suave por parte de Xiaomi. En la práctica la diferencia es bastante pequeña entre ambos, muy buena en todos los casos. Naturalmente, el uso deportivo no supone ningún problema, ya que la estabilidad resultante del formato de gancho es ideal.
Alojamiento
Auriculares grandes, cuerpo muy grande. Aquí tampoco los Xiaomi baten récord, pero este elemento es uno de los más imponentes del momento. Muy rígido y correctamente ensamblado, destaca por su apertura muy sencilla, pero bastante segura (no se abre ante la más mínima caída). Desgraciadamente, su gran volumen y su fondo plano no son aquí sinónimos de carga por inducción.
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