Este artículo fue publicado originalmente en inglés.
El análisis de ADN revela que algunas víctimas de Pompeya no estaban relacionadas biológicamente, lo que cuestiona las suposiciones arraigadas sobre sus roles e identidades familiares.
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Un nuevo análisis de ADN sugiere que los arqueólogos pueden haber malinterpretado las relaciones entre algunas víctimas de la erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. que azotó Pompeya hace casi dos milenios.
Por ejemplo, un grupo muy conocido de víctimas, que se cree que está formado por una madre, un padre y dos hijos, podría estar lejos de la verdad.
“Las cuatro personas eran hombres, lo que desmiente la teoría de que fueran padre, madre y dos hijos. Además, en realidad no estaban relacionados biológicamente entre sí”, explica Alissa Mittnik, del Instituto Max Planck de Evolución. Antropología, en Alemania.
También se ha remodelado otra escena famosa: dos personajes encerrados en lo que durante mucho tiempo se consideró un abrazo maternal.
“Nuevamente encontramos que al menos uno de los individuos era hombre. Y, nuevamente, no tenían una relación materna entre sí. Así que, una vez más, desmentimos la historia más común que se ha contado sobre ellos”, dice Sr. Mittnik.
El equipo, que también incluye científicos de la Universidad de Harvard y la Universidad de Florencia, Italia, se basó en material genético conservado durante casi 2.000 años.
Después de que la erupción del Monte Vesubio destruyera la ciudad romana en el año 79 d.C., los cuerpos enterrados en barro y cenizas acabaron por descomponerse, dejando espacios en su lugar. A finales del siglo XIX, se hacían piezas fundidas a partir de estos huecos.
Los investigadores se centraron en 14 moldes que se estaban restaurando, extrayendo ADN de los restos esqueléticos fragmentados encontrados allí. Esperaban determinar el sexo, la ascendencia y las relaciones genéticas entre las víctimas.
Los investigadores también confirmaron que los habitantes de Pompeya eran de diversos orígenes, pero quedescendían principalmente de inmigrantes del Mediterráneo orientalque pone de relieve un vasto movimiento de circulación e intercambios culturales en elimperio romano. Pompeya se encuentra aproximadamente a 241 kilómetros de Roma.
El estudio se basa en una investigación realizada en 2022, cuando los científicos secuenciaron por primera vez el genoma de una víctima de Pompeya y confirmaron la posibilidad de recuperarse.ADN antiguo de los raros restos humanos que aún existen.
“Nuestros resultados científicos basados en el ADN arrojan luz adicional sobre análisis arqueológicos y antropológicos anteriores y, en cierto modo, nos llevan a repensar las identidades de estas personas, sus relaciones y su comportamiento en los momentos finales de sus vidas”, explica Mittnik.